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Pablo González

Secretario general y concejal del PP de Gijón

Pablo González

Carmen Moriyón, un peligro para el asturiano real

Una alcaldesa que se pliega con frecuencia a los deseos de la izquierda más radical

Que la izquierda intente dividir a la sociedad con problemas que no existen, como el de la cooficialidad, no es nuevo, llevan haciéndolo desde siempre. Lo sorprendente, lo indignante, es que a este intento de confrontación social se haya sumado con entusiasmo -una vez más-, Carmen Moriyón y con ella Foro Gijón.

Lo cierto es que en Asturias no hay ningún conflicto en relación al uso del asturiano sencillamente porque no hay demanda real de su uso generalizado y porque la actual ley de "uso y promoción del asturiano", del año 1998, de un gobierno del PP con consenso del resto de partidos, ya garantiza que cualquier persona tenga derecho a dirigirse libremente a la Administración usando el bable. A partir de ahí, hablar de conflicto lingüístico como ha hecho Carmen Moriyón, es una irresponsabilidad y además es mentira.

Porqué está ocurriendo esto tiene, a mi juicio, varias explicaciones, y ninguna de ellas relacionada con el interés general. Por un lado, Carmen Moriyón necesita a la izquierda más radical para mantenerse en su sillón de la alcaldía, esto es una realidad, pero en vez de resistirse fácilmente a la presión de una izquierda dividida, prefiere pactar y facilitarle las cosas a Podemos para gobernar con tranquilidad, eso sí, llevando a la práctica las propuestas de Podemos. Hay decenas de ejemplos conocidos por todos, desde el fraude de la Renta Social Municipal hasta los planes de prohibición del automóvil. El irreal problema de la llingua sigue el mismo camino de traición a sus votantes y a la inmensa mayoría de los ciudadanos.

Pero por otro, la multitud de ayudas y subvenciones públicas han creado movimientos y asociaciones dependientes del presupuesto público, cuyo único fin radica en potenciar el "asturiano de laboratorio" hasta su último extremo. Quieren eliminar el "asturiano real" que hablamos todos con total libertad, por un asturiano inventado en la subvencionada Academia de la Llingua, quieren llevarnos de obligación en obligación hasta la imposición final. Y esto también en Gijón y también con Carmen Moriyón.

Hacer cooficial su "asturiano de laboratorio" tiene un coste inasumible, crea obligaciones indeseadas a todos nosotros, impone barreras lingüísticas entre las personas, limita la educación de nuestros hijos y extermina la rica y voluntaria diversidad lingüística asturiana que convive con el castellano, en total libertad desde hace muchos años.

Yo creo que los gijoneses tenemos otros problemas, relacionados con nuestro día a día, con la emigración masiva de jóvenes, con la peor tasa de natalidad del mundo occidental, con una ínfima creación de riqueza, con un desempleo endémico, con una administración burocratizada e invasiva y con unas políticas incompatibles con la libertad de las personas para desarrollar su vida. Por esta razón la mayoría de nuestros vecinos no entienden esta falsa polémica y rechazan a los políticos, como Carmen Moriyón, que por mantenerse en su sillón traicionan los intereses de los ciudadanos, cediendo a la crispación que desde siempre ha creado la izquierda radical.

A pesar de Carmen Moriyón, ¡puxa el asturianu en llibertá!

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