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Crítica / Arte

La línea surrealista de Chema Madoz

Cuelgan en esta galería 26 fotografías de Chema Madoz (Madrid, 1958), en papel baryta virado al sulfuro. Un papel adecuado para fotografías de arte. Porque este fotógrafo no utiliza cámaras digitales, sino la ya antigua cámara analógica, lo que le permite revelar sus negativos y sumergir las fotos en las cubetas con líquidos de revelado en los que introduce productos químicos que sirvan a sus propósitos.

Chema Madoz es un fotógrafo reconocido y premiado internacionalmente, cuyas obras están en más de 40 museos y colecciones del todo el mundo, debido a las traviesas, irónicas e inteligentes relaciones que establece entre objetos cotidianos. Tales circunstancias me llevan a analizarlo desde el punto de vista del surrealismo, uno de los "ismos" (André Breton, 1924) practicados por Salvador Dalí, Magritte, Miró, Óscar Domínguez y otros. El surrealismo está relacionado con la manifestación del subconsciente de Sigmund Freud. Las fotos de Chema Madoz no llevan título y están sujetas a múltiples interpretaciones.

A mí, un guante de mujer con cierre de monedero me sugiere que son ellas quienes manejan y gobiernan los dineros. Un tablero de ajedrez como partitura musical sobre el piano, me dice que la creación musical es tan complicada como el juego del ajedrez y son pocos los que alcanzas cimas en ambas profesiones. Una escalera apoyada en una muleta, me sugiere la necesidad de colaborar con los demás y trabajar en grupo, por ejemplo en cualquier fábrica, institución o partido político. Un caballo que tira de los cordones de los zapatos de un caballero, me indica la relación entre ambos conceptos (caballo y caballero) que viene de antiguo, y también que se trata de un hombre sin miedo, valiente y decidido, que da pasos firmes hacia adelante. (¿Cuántos de tales caballos necesita Mariano Rajoy?)

El zapato de mujer con tacón de la Torre Eiffel invertida, me hace pensar en las presentadoras de la tele que siendo altas llevan tacones muy altos, un complejo o deseo de mayor estatura corporal muy de moda. Quienes han estado en Yuste saben, al ver la cama de Carlos V, que el famoso Emperador medía 1,54 m.

La tapa cuadrada de alcantarilla convertida mediante una borla en un birrete doctoral me sugiere la basura en que se han convertido las universidades españolas, que superan el centenar. ¿Cuántas de ellas están este año entre las 200 universidades más prestigiosas del planeta? Ninguna. En Oviedo, sin ir más lejos, no hay campus universitario. Las distintas facultades se sitúan en cuatro alturas diferentes de la ciudad. La igualación a la baja que promueve el sistema docente español hace que tras la Universidad sea necesario cursar un par de másteres de pago. Y para remate, los dirigentes podemistas son profesores universitarios.

¿Y qué decir del cerebro pelado? Pues que está mondo y lirondo, ausente de ideas y pensamientos propios, lleno de Gran Hermano y Aálvame a todas horas. O sea, que es más importante el sombrero que el cerebro.

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