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Osos fuera de Instagram

Una de las cosas con las que sueñan muchos de los que vienen a Asturias de vacaciones es con ver un oso. Te lo dicen muchos por ahí y, ojo, no nos extraña. Lo cierto es que hay mucho turista que debe de pensar que encontrarse con un oso es sencillo y que los animales son como peluches... recuerden a la pareja de madrileños que recogió a Villarina en su coche de una cuneta como si fuese un juguetín. Hace días varios turistas se lanzaron a acosar con el móvil para hacerse una foto o un selfie, ¿quién sabe?, con un oso pardo cantábrico en la frontera entre León y Somiedo. El oso, más educado que nosotros, marchó, no atacó, pero cruzó una carretera y pudo acabar muerto. Mientras nosotros, los de dos patas, venga detrás del oso, a por la foto y olvidando que vamos detrás de un animal salvaje, que pesa más de doscientos kilos y que no entiende de fotos ni de móviles ni de "likes" en Instagram. La vaca de Milka tampoco es violeta. Dejemos a los osos en paz.

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