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Ramón Díaz

Orientalia

Ramón Díaz

El puerto llanisco y la mar salada

Lo mismo un día habría que echar cuentas y calcular cuánto dinero se tiró a la mar salada en algunas de las obras que se acometieron en la zona portuaria de Llanes en el último cuarto de siglo. Se gastó una millonada en la construcción del nuevo puerto (una instalación necesaria, que destaca en el haber del PSOE local), pero al poco tiempo de inaugurarlo hubo que gastar otra barbaridad porque nadie había calculado que las olas saltarían por encima del dique. Y aún después hubo que rascar otra vez el bolsillo para reforzar lo que ya se había reforzado. Con la construcción del nuevo puerto deportivo alguien -otra vez- no calculó que las olas, durante los temporales, se estamparían contra la compuerta y volverían atrás para azotar la zona pesquera. O sea, que hace falta un contradique o un nuevo muelle. Eso por no hablar de la compuerta (rota a las primeras de cambio) y de la pasarela de los líos. ¡Bah, será por perres!

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