Todo es política, hasta los garbanzos. Esa teoría de que la anulación de los planes urbanísticos de Llanes en los juzgados se debe a una legislación muy compleja y exigente es un insulto a la inteligencia. Porque, ¿cómo entonces la mayoría de los municipios sí tienen planeamiento y, por ejemplo, los tribunales avalaron en marzo el de Gozón, recurrido igual que los de Llanes? La verdad, incómoda para algunos, es que los jueces anularon el plan de Llanes de 1992, entre otras razones, porque el Ayuntamiento sólo llamó a participar en el avance a "inversores reales y comprometidos", y no a todos los ciudadanos, como exige la ley. Y anularon el plan de 2003, entre otras causas, porque el Ayuntamiento coló a espaldas de la gente y de la legislación vigente, después del período de alegaciones, los convenios urbanísticos anulados en 1992. Y estas cosas no pasan porque las leyes sean farragosas y enrevesadas. Las razones son otras.
