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El puentón

Enhorabuena a Bomberos de Asturias

La encomiable labor del colectivo en la extinción de los incendios forestales registrados en la comarca oriental

Mi felicitación al colectivo de Bomberos de Asturias por su labor en la extinción de los incendios forestales en el Oriente asturiano

Dice el refrán que tras la tempestad llega la calma. Quizás ahora sea el momento de analizar todo cuando ha rodeado en estas fechas a los incendios forestales en gran parte de la comarca del Oriente de Asturias y, por ende, en otros numerosos puntos del Principado de Asturias. Toca examinar si las políticas en materia medioambiental llevadas a cabo el Gobierno regional del socialista Javier Fernández son, o no, las más adecuadas; y lo mismo diría, en comparación, con respecto a otras limítrofes comunidades autónomas -eso sí, de distinto signo ideológico a la asturiana-, asimismo, afectadas por esa llamativa oleada de fuegos, la mayor parte de ellos, intencionados.

Dicho esto, me quito el sombrero y felicito, públicamente, la encomiable labor despachada por el colectivo de Bomberos de Asturias, jugándose la vida a cada paso -desgraciadamente, uno de sus efectivos falleció en trágico accidente de helicóptero en el área de La Roza, en término municipal de Parres, en plena faena de lucha contra el fuego- y salvando, en sus respectivas actuaciones, haciendas que se encontraban en serio peligro de ser engullidas por las llamas en zonas rurales. A todo ello debe añadirse la colaboración desplegada en todo momento por vecinos y ganaderos en apoyo a las tareas de extinción.

No quiero que me tilden de oportunista por elogiar el trabajo de ese personal que lleva un montón de tiempo reclamando mejoras laborales y más medios. Pero, resulta que todas las reivindicaciones saltan a la palestra cuando los incidentes -en este asunto concreto los incendios forestales de estas pasadas fechas- se hacen fehacientes y llenan las primeras páginas de los periódicos y demás medios de comunicación. Mientras protestaban a pie de calle, antes de toda esa catástrofe medioambiental, nadie parecía hacerles ni puñetero caso, como si no fuese necesario velar por ese colectivo que ha demostrado una enorme profesionalidad.

Ha tenido que ocurrir esa serie continuada de quemas incontroladas, de Occidente a Oriente, para que los políticos con mando en plaza se hayan dado cuenta de que "algo" pasa en el medio rural. Es más que probable que criminalicen a cierta gente dedicada a la ganadería, pese a que nunca debería meterse a todo el mundo en el mismo saco. Aquí, en este rincón del área de influencia de los Picos de Europa, llevo años escuchando a los profesionales del gremio de la ganadería sugerir la necesidad de realizar quemas controladas, así como llevar a cabo campañas de desbroces. Ahora, visto lo visto, se inicia la búsqueda y captura de los supuestos pirómanos o "terroristas" medioambientales para que respondan y paguen por el daño causado.

Toca alcanzar soluciones consensuadas para tratar de evitar que vuelva a repetirse otra fechoría de semejante magnitud dentro de no mucho tiempo en nuestro Paraíso Natural. Y menos mal que también el Ejército de este país -sí, las UME- también aportó su gran ayuda y colaboración en apoyo a los efectivos de Bomberos de Asturias. Nuestros representantes políticos, sean del signo que sean, deben dejar aparcadas sus enormes diferencias para dar visos de solución a ese gravísimo problema que afectó a miles de hectáreas en el Principado de Asturias. De nada vale esquivarlo. Esto no se enderezará, en mi opinión, a golpe de cencerrada o acalorada pitada. Ya basta, pues únicamente hace falta voluntad política. Y consenso, pese a quien pese.

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