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El puentón

Sí a las pruebas deportivas en los Picos

Contra la decisión de los rectores del parque nacional de poner trabas a las carreras de montaña

Ahora, otro de los graves problemas que parecen afectar a los apoltronados dirigentes del Consorcio Interautonómico -conformado por Cantabria, que ostenta la presidencia del mismo en éste recién estrenado 2016, Castilla-León y el Principado de Asturias- del parque nacional de los Picos de Europa son las carreras por montaña. Para nada incidiremos una vez más en asuntos como los daños de los cánidos, los destrozos de los jabalíes o la merma de las campañas de desbroces en el espacio natural protegido, al menos en la vertiente asturiana.

La preocupación de los dirigentes del parque nacional de los Picos de Europa son, ¡dios me oiga!, las carreras por montaña, una de las actividades que, gracias al esfuerzo y tesón desplegado por entusiastas organizadores, consiguen desestacionalizar el sector turístico en buena parte del área de influencia. Los gestores, como no podía ser de otra manera, quiere ir "por el libro", sin aspavientos. Pero, de no dar su brazo a torcer, me temo que las gentes de la zona aunarán sus protestas a las de los hastiados ganaderos.

Cierto que no debemos mezclar churras con merinas, aunque lo del parque nacional de los Picos de Europa, camino de cumplir su primer centenario, suena a traca. Desconozco si existen estudios convincentes que desaconsejen trotar por el monte -siempre y cuando las basuras y desperdicios que originen los deportistas no se desparramen por la zona que recorren-; o que desautoricen ascender en bicicleta a los Lagos de Covadonga, por ejemplo. En fin, como vulgarmente se suele decir por aquí: en estos casos "pa mexar y no echar gota".

Esas situaciones de presión sobre pruebas deportivas me recuerdan a los primeros años del final de etapa de la Vuelta Ciclista a España y aquél ICONA que era el dueño del solar. Mucho hubo que pelear desde el Ayuntamiento de Cangas de Onís para conseguir que el ciclismo fuese tenido como uno de los baluartes del impulso económico de la comarca.

Nunca me cansaré de escribirlo: gracias a la Vuelta Ciclista a España llegó el progreso y, por supuesto, el desarrollo turístico a este rincón de la comunidad autónoma.

En veinte oportunidades arribó la serpiente "multicolor" a Enol y La Ercina. Con limitaciones y demás pamplinas, pero subió a los Lagos y volverá a hacerlo a finales del próximo mes de agosto. No hay mejor reclamo turístico. Costó trabajo, mucho, a algunos les costó la vida. Dicho esto, resulta que están en el ojo del huracán, en estos precisos momentos, las carreras por montaña que suelen celebrarse por las distintas vertientes del parque nacional, entre ellas La Travesera -para los entendidos "la madre" de todas ellas- y La Traveserina. Y detrás de esas van otras más.

Es muy bonito hablar con la boca grande de preservar un parque nacional. Suena bien, sobremanera cuando se reside en una gran urbe. Otra cosa muy distinta son las penurias que les toca vivir a los ganaderos, queseros y demás gente por las limitaciones y restricciones. Hoy en día el Parque Nacional, en mi opinión, no es lo que debería ser, pero no echen exclusivamente las culpas a los vecinos del área de influencia. Aquí, los recortes llegaron hace muchísimo tiempo, bastante antes del pinchazo de "la burbuja" inmobiliaria. Y eso que gobernó el PSOE y también el PP.

Me niego a que el Consorcio Interautonómico acabe por prohibir las pruebas de carácter deportivo en el parque nacional de los Picos de Europa. De la caza y la pesca ya está todo dicho; del piragüismo en el lago Enol, otro tanto de lo mismo. Lo único que, de momento, se mantiene en auge son las distintas carreras por montaña, destacando sobre todo La Travesera y La Traveserina, así como también la Clásica Cicloturista "Lagos de Covadonga". Sólo falta que alguien vuelva a mostrarse intransigente -como en los franquistas tiempos del ICONA- para hacer valer su autoridad en contra de los intereses de los vecinos de la zona.

Espero que recapaciten los políticos con mando en plaza que rigen los destinos de ese parque nacional abandonado de la mano de Dios, pese a ser el segundo de la red estatal que más visitas recibe a lo largo del año. Y las actividades deportivas sirven para luchar contra la desestacionalización del sector turístico. Peleemos contra esa supuesta usurpación en nuestra querida comarca de los Picos de Europa. Yo estoy con La Travesera y La Traveserina.

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