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Ramón Díaz

Orientalia

Ramón Díaz

Del derroche a las apreturas

Alguien que anda por ahí comentaba hace unos días lo incomprensible que le resultaba comprobar cuánto dinero se había derrochado en los tiempos de verbena, por ejemplo, en museos, aulas y centros de interpretación sin sentido, mientras que se dejaban en el más absoluto abandono joyas como la iglesia llanisca de San Antolín de Bedón, que se construyó hace "sólo" 900 años. Es verdad que resulta difícil entender que los encargados de gestionar la hacienda de todos se hayan olvidado del patrimonio común, mientras abrían museos dedicados hasta a la Luna lunera cascabelera. Ahí están, por ejemplo, el aula de Peña Tú, en Llanes, como paradigma de los tiempos en los que parecía obligatorio gastar para no ser tildado de bobo, incluso aunque no hubiera después con qué pagar. Aún hoy, pese a las apreturas, se destinan millones a algunos edificios sin sustancia, mientras que otros, como el de Bedón, provocan vergüenza.

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