En Prestín, zona residencial del concejo de Parres que linda con la ciudad de Cangas de Onís, los rastrojos crecen a una velocidad vertiginosa dando la sensación de tener más abundancia en la base de los árboles que en sus ramas. Solo hay que darse una vuelta por esa travesía, en la N-625, para percatarse de la dejadez con la que tratan a esa parte del concejo. Ya se rumorea que se va a crear una comisión para exigir al Consistorio solución a las históricas reivindicaciones -es una zona urbana, pero solo se nota al abonar los recibos de la contribución-, tales como un alumbrado público en condiciones y en consonancia con el siglo que corre, sin postes de madera; mantenimiento de viales y limpieza de agrestes malezas; paso de peatones acorde con el importante tránsito de vehículos, etcétera. Y es que puestos a pedir, también algunos lugareños hasta sueñan con la anexión, previa consulta o referéndum, al vecino municipio de Cangas de Onís. Tiempo al tiempo.