Algunos de los edificios más valiosos de la comarca se caen a trozos (literalmente). Normal en una sociedad consumista y acomodadiza que perdió el norte tras llegar al convencimiento de que el único valor de las cosas es el urbanístico, el económico. ¿Cuánto vale una casona, un palacio o un terreno Depende de cuántas viviendas (chamizos en ocasiones) puedan construirse sobre ellos o a su vera; depende del coeficiente de edificabilidad. Por eso desaparecieron joyas como el palacio de La Guía, en Llanes; por eso se destruyeron erías, playas y bosques, y por eso están en peligro demasiados bienes indefensos. Si la destrucción no fue aún mayor durante la orgía del ladrillo se debió a que el estallido de la crisis desbarató el delirio. Pero el desarrollismo es un monstruo que nunca desaparece, solo se transforma: se agazapa y espera una nueva reencarnación. Por el bien de las generaciones futuras, ojalá hayamos aprendido de los errores pasados.