Al plan genera de ordenación de Llanes le espera una tramitación complicada. Le pondrán mil pegas -ya se las están poniendo-, lo cual, además de legítimo, está muy bien, porque eso obliga a redactar un documento impecable si no se quiere repetir lo que ha ocurrido en los últimos treinta años: tres planeamientos anulados por los tribunales porque contravenían la ley (chapuza sobre chapuza) y otro más que ni siquiera pudo redactarse porque el Ayuntamiento adjudicó su redacción a quien no debía. La elaboración del planeamiento no comenzará antes de tres meses y en los poco más de dos años que restan de mandato es prácticamente imposible aprobar el plan general, pero sí puede quedar encaminado. Y si los vecinos participan activamente en su redacción, si se hace de abajo a arriba -al revés de lo habitual-, como propone Zuloark, será muy, muy difícil que otro gobierno lo deseche.