La instalación de barreras de control de vehículos en la CO-4 (Covadonga-Lagos) para el acceso hacia el interior de los Picos de Europa, las cuales podrían estar operativas antes del verano, preocupa muy mucho. No sólo ese malestar afecta a los habituales operarios que regulan el tráfico -contratados por Tragsa, durante temporada alta y puentes festivos-, los cuales podrían llegar a ser los primeros damnificados por la implantación del novedoso mecanismo en el arranque de la angosta carreterita.

Y es que también están sumamente mosqueados los trabajadores fijos discontinuos del Centro de Visitantes "Pedro Pidal", quienes han pasado en los últimos años de trabajar diez meses por temporada a hacerlo apenas cuatro meses este año, curiosamente en plena efemérides del centenario de la creación del parque nacional. Algo que igualmente pasa con el personal del punto de Información de Buferrera. Pero lo que ronca el mango es que la merma de servicios coincida con la ampliación del Plan de Transporte.

Cierto es que existe, para regular el acceso a los Lagos, un proyecto redactado a petición de la Dirección de Tráfico, que ascendía a 481.785,98 euros, que prevé, además de las barreras, la colocación de ocho cámaras, tres de ellas en los parking adscritos al operativo del Plan de Transporte, es decir, en El Bosque, Muñigu-Llerices y El Repelao, así como otra más a la altura de El Peregrino. Asimismo, habrá cuatro paneles digitalizados de señalización variable ofreciendo datos sobre aparcamientos y la circulación en las aledaños del santuario. Un sistema de control que levanta sospechas en cuanto al futuro acceso libre de coches, fuera de temporada, a las inmediaciones de Enol y La Ercina. ¿El nuevo coto del espacio natural protegido?

Todo apunta que las restricciones van a estar a la orden del día, excepto para coches autorizados, ganaderos y propietarios. Pues, a tenor de cómo se van moviendo los hilos, las barreras servirán para impedir el acceso a cuantos vehículos no estén acreditados. Algo similar a lo que ocurre en cualquier entrada a lugares de estacionamiento de una urbanización privada. Y como botón de muestra únicamente recordar aquellas directrices de la gestión, incluidas en la Propuesta de Regulación de Accesos a Los Lagos de Covadonga y de Ordenación del Área de Uso Público de Buferrera, fechada en junio de 1990 y avalada por el extinto ICONA (Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación).

"Para asegurar la conservación del Parque Nacional podrá limitarse el número de visitantes, estableciendo sistemas de control en sus accesos y adoptando las medidas complementarias que se consideren necesarias". Ese, textualmente, era uno de los puntos, antes de que el área de servicio Buferrera se construyese. Mucho ha llovido desde entonces, pero las barreras de control están más cerca que nunca de instalarse. ¿Seguirá habiendo acceso libre para coches particulares cuando no funcione el Plan de Transporte? Tengo serias dudas. ¡Ojalá me equivoque!