El San Mateo del año 1944 a pesar de la devastadora crisis económica de la posguerra y la coincidencia con la Segunda Guerra Mundial fue pródigo en espectáculos, en una concatenación de atracciones insuperables en modalidades como teatro, variedades, toros y deporte.

Empezando por el teatro, los días previos a la festividad de San Mateo, el 21 de septiembre, el teatro Principado albergó la actuación de una de las mejores compañías teatrales de la época, la de Rafael Rivelles. El actor fue miembro destacado de una histórica dinastía, a la que continuaría dando prestigio la siguiente generación con su hija Amparo Rivelles como principal protagonista.

En el apartado de variedades debutaba, en el coliseo, el día 24 de setiembre, la legendaria diva Celia Gámez con el espectáculo "Yola". La Gámez había sido la sensación en la década anterior, cosechando grandes éxitos en la mayoría los coliseos de las grandes capitales españolas.

Otro gran espectáculo de aquellas fiestas fue el circo Corzana muy recordado por los ovetenses, al igual que el Hervás, el Americano o los gigantescos Kilgoord o Krone. Éste último desplazó a Asturias en abril de 1928 doce trenes especiales. Su nómina de personal era de 1.000 empleados y contaba con 600 animales.

La cinematografía también estuvo muy presente en aquellas fiestas. Se estrenaron varias películas y las sesiones rivalizaron con las épocas de los grandes estrenos de las Navidades y de Pascua.

Otro gran espectáculo de aquel San Mateo fue la sensacional corrida de toros fijada para el día 16 de setiembre a favor de la Cruz Roja con una terna muy difícil de superar: Belmonte, Manolete y Arruza. Un cartel memorable, comparable al del 14 de julio de 1914 en la corrida de la Beneficencia con Vicente Pastor, Mazantinito, Gallito y Belmonte

En los deportes merece la pena anotar la final del Campeonato de Asturias de bolos de empresas, deporte que aunque hoy parece minoritario en aquella época arrastraba a cientos de aficionados

Otro gran acontecimiento del aquel San Mateo fue el I Circuito de Motorismo, -así se llamaba antes-, que concitó a millares de aficionados el 19 de setiembre en las calles ovetenses para presenciar el duelo entre Atorrasagasti y Parugues. Ordóñez no participó. No había motos de competición y la mayoría pertenecían al Cuerpo de Policía de Gijón y Oviedo. Después de varias ediciones las carreras de motos fueron suspendidas en Asturias por la falta de medidas de seguridad y dos accidentes mortales ocurridos en Gijón y Moreda.

Y como guinda final de aquellas fiestas destaca la celebración del partido inaugural de la temporada en el estadio de Buenavista el 26 de setiembre nada menos que contra el Real Madrid, al que los ovetenses en un gran partido derrotaron por 4-0.

Fue un San Mateo inolvidable e irrepetible por la coincidencia de una serie de espectáculos de primera magnitud. Curiosamente todos los acontecimientos citados respondían exclusivamente a la iniciativa privada de entidades y particulares. La Comisión de Festejos como era tradicional se improvisaba unas semanas antes y la financiación se sustentaba en exclusiva con la aportación del comercio ovetense y particulares. En 1944 el Ayuntamiento tenía previsto publicar la lista de colaboradores de las fiestas pero un periódico local sugería se publicase la de los no colaboradores, incluso, llegaba a proponer el cierre de sus negocios los días de San Mateo.

Ese mismo año el diario Región pedía la creación de una Comisión Permanente de Festejos implicando a todos los sectores industriales y comerciales de la capital. Sería el embrión de la futura Sociedad Ovetense de Festejos (SOF), qué nació a finales de 1947.