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Eugenio Martínez | Embajador de Cuba en España

"Somos el Gobierno ideal para garantizar la estabilidad del Caribe"

"¡Ni hablar! Cuba no necesita un Gorbachov, estamos muy bien con nuestro líder; queremos combinar la propiedad estatal con la cooperativa y la pequeña empresa privada"

Eugenio Martínez. luis medina

Experto en Relaciones de Política Internacional y políglota que además del español domina el inglés, italiano y francés, Eugenio Martínez Enríquez (La Habana, 1967), embajador de Cuba en España y Andorra, propone un nuevo y trascendental papel geoestratégico para su país: "Somos el Gobierno ideal para garantizar la estabilidad del Caribe". Martínez, con ancestros asturianos, da su versión en esta entrevista para Epipress del resultado de 60 años de bloqueo estadounidense que "han hecho más fuertes a los cubanos". En su opinión, Estados Unidos fracasó en el intento de doblegar a su pueblo, pero reconoce que hizo mucho daño al frenar el desarrollo industrial de la Isla, que vivió como un drama el hundimiento de la URSS y que ahora se reinventa con la búsqueda de un modelo económico menos tutelado por el Estado que combine la propiedad estatal con la cooperativa y la pequeña empresa privada. El embajador cubano anima a los españoles a invertir en su país, donde ya el 40 por ciento de las camas hoteleras está en manos de empresarios o administradores de España.

-Embajador, ¿cómo ha calado entre los ­cubanos la visita del Papa Francisco?

-Es el tercer Papa que visita Cuba en los últimos 17 años, pero el Papa Francisco tiene la simpatía y la gracia de ser latinoamericano y de ser además una persona más cercana que Benedicto XVI. Se le ha recibido con mucho cariño. Entró a la Isla por La Habana y salió por Santiago de Cuba destino a Estados Unidos. Creo que fue el primer viaje directo que se ha hecho entre los dos países en los últimos 50 años.

-¿Qué le ha sugerido la visita del Papa a ­Fidel Castro?

-Los otros dos Papas, Juan Pablo II y Benedicto XVI, también se reunieron con nuestro líder histórico de la Revolución. Por lo que ha trascendido, hablaron de todo tipo de asuntos, incluida la preocupación que ambos tienen por el cambio climático y por el riesgo de que la humanidad se destruya a sí misma. Fidel Castro es un líder muy informado y un trabajador incansable.

-¿Cómo es posible que la fe cristiana siga viva entre tantos cubanos a pesar de tantos años bajo un régimen comunista?

-Cuba es el único país socialista que no rompió relaciones con el Vaticano. En un primer momento del proceso revolucionario hubo algún que otro encontronazo con la Iglesia, pero desde el Concilio del Vaticano II se recuperó el diálogo y la Revolución apostó por no discriminar a la Iglesia a pesar de que se suprimió la educación que impartían los religiosos para impulsar un modelo de educación marxista, público, universal y de muy alta calidad. Cuba es un Estado laico y de los cubanos se dice que creen en Dios, pero van poco a la iglesia.

-¿Cree usted en Dios?

-Yo no soy católico, pero mi madre sí que lo es, y no lo soy por convicción filosófica. Creo más en la ciencia que en la fe, pero conozco a mucha gente que mantiene una relación de creencia en Dios muy bonita. La doctrina original de la Iglesia es muy atractiva para cualquier persona.

-Señor Martínez, ¿cómo valora la decisión del presidente Obama al final de su mandato de comenzar a dar pasos para normalizar las relaciones con Cuba?

-Era una decisión necesaria y ha sido valiente, aunque tendría que haberse dado ese paso antes. Obama, no obstante, está muy limitado a la hora de avanzar en este proceso de acercamiento.

-¿Qué quiere decir?

-Estados Unidos limitó en 1996 las facultades de sus presidentes en política Exterior. Obama no podrá permitir el viaje a Cuba de turistas, ni que Cuba comercie con suministradores americanos en terceros países. Tampoco permitirá que Cuba reciba créditos para importaciones que hacemos de Estados Unidos, ni dará el visto bueno a inversiones en las propiedades confiscadas por el Gobierno ­cubano.

-¿Hasta dónde llegará entonces esa normalización de las relaciones tras el restablecimiento de las embajadas en ambos países?

-No podemos hablar de relaciones normales entre Cuba y Estados Unidos hasta que se levante el bloqueo comercial que sufrimos ni mientras 117 kilómetros de nuestra bahía de Guantánamo estén ocupados por los norteamericanos. Además, no hay que olvidar que la política gubernamental estadounidense pasa por derrocar al Gobierno cubano. Nosotros reclamamos además compensaciones por los daños y perjuicios que ha sufrido mi pueblo por culpa del bloqueo impuesto desde 1960. El paso que ha dado Obama es esperanzador, pero para que las relaciones entre los dos países sean normales aún habrá que esperar.

-¿Considera usted un fracaso total la política de bloqueo norteamericana y que ésa es la causa real que ha motivado la decisión política de Obama?

-Estados Unidos fracasó con este bloqueo en su intención de doblegar a mi pueblo y tumbar al Gobierno cubano. Sin embargo, sí que logró hacer mucho daño a los cubanos y frenar nuestro desarrollo. El bloqueo norteamericano nos ha hecho más fuertes y resistentes porque nos hemos tenido que estar permanentemente reinventando.

-Por cierto, un bloqueo que hizo el país que alentó su independencia de España?

-La relación entre Cuba, Estados Unidos y España es muy curiosa. Los cubanos estuvimos 30 años luchando contra los españoles para ser libres. En un momento dado, entraron por Santiago de Cuba los estadounidenses para ayudarnos y una vez dentro nos ocuparon y nos invadieron en dos ocasiones. Tuvimos que soportar la humillación de tres gobernadores norteamericanos hasta que llegó la Revolución. A pesar de estas humillaciones, no rechazamos a los norteamericanos, como tampoco rechazamos a los españoles. Cuarenta años después de la guerra entre Cuba y España, más de 1.200 jóvenes cubanos vinieron a España a luchar del lado de la República.

-¿Qué ofrecen ustedes a Estados Unidos para que ponga fin al bloqueo comercial de la Isla?

-Ser un vecino responsable, un país educado y hospitalario. Ofrecemos además la valía de nuestros médicos y nuestra lucha constante contra el narcotráfico. Cuba es un Gobierno ideal para garantizar la estabilidad regional del Caribe.

-¿La sustitución de Fidel Castro por su hermano Raúl ha contribuido a mejorar las relaciones con Estados Unidos?

-No. Raúl Castro ya dijo en 2008, cuando fue elegido presidente, que iba a seguir contando con la ayuda de nuestro líder para la toma de decisiones de calado. Fidel Castro tiene tal sabiduría política que ha sabido manejar con diplomacia y evitando agresiones la complicada situación que padecemos con Estados Unidos. Cuba se ha mantenido firme a pesar del duro embargo, pero ha evitado siempre entrar en guerra.

-¿Va a abrir Cuba al mundo sus puertas de par en par?

-Cuba está ya abierta. Tenemos relaciones diplomáticas con 190 países y cooperantes en 68. La mala relación con Estados Unidos nos obligó a ser más internacionales y eso a pesar de que el Gobierno estadounidense amenaza con sanciones a las empresas y países que se relacionan con nosotros. Nuestra amistad es total con América Latina y hasta Obama ha reconocido que ahora es Estados Unidos el ­país que se está quedando aislado en América ­Latina.

-¿Se van a abrir también al capitalismo y a la gran banca internacional?

-Mantendremos las relaciones con empresas internacionales, pero con una economía planificada y socialista que combine varios tipos de propiedades. Lo que está claro es que los recursos naturales de Cuba no serán nunca vendidos al extranjero.

-¿Y dentro de Cuba podrán decir libremente los cubanos lo que piensan de su ­Gobierno?

-Sí. Es cierto que quizás deberíamos de tener una prensa más crítica, pero en Cuba hay espacios de discusión y debate. Creo que deberíamos de avanzar más en esa discusión y en ese diálogo.

-¿Piensan ustedes en un modelo similar al chino, comunista en lo político y liberal en el plano económico?

-Es muy difícil copiar modelos cuando Cuba tiene un desarrollo social muy alto, propio de un país desarrollado, pero no somos un país desarrollado por culpa de un embargo que ha frenado nuestra industria y nuestra productividad.

-¿Qué medidas de lo que ustedes llaman de actualización del modelo económico están dispuestos a aplicar?

-Lo fundamental es la combinación de los tipos de propiedad para que estén el estatal, el de cooperativa y la pequeña propiedad privada. Tenemos ahora 8.000 restaurantes estatales y nos vamos a quedar con sólo 300. Hay también que separar más las funciones ministeriales de las empresariales. Vamos hacia un modelo sostenible, rico y próspero.

-No se puede decir precisamente que el comunismo haya aportado bienestar a los cubanos durante tantos años en el poder.

-Antes de la Revolución, el 60 por ciento de la riqueza lo tenía el 20 por ciento de la población. El 45 por ciento de los niños no iban al colegio y había 10.000 maestros sin trabajo. Nuestra Revolución trajo el bienestar al pueblo cubano, a pesar de que se hayan cometido errores.

-¿Qué errores reconoce usted?

-Ha habido una excesiva centralización en la toma de decisiones económicas y la propiedad estatal ha estado extendida hasta el punto de que se estabilizó hasta a los zapateros. Este modelo está agotado y es lo que estamos revisando, pero rechazando el neoliberalismo.

-¿Cuál es su crítica al neoliberalismo?

-El centro del sistema neoliberal es el mercado y no las personas. Lo no eficiente desaparece y el Estado queda reducido a nada a favor de la ley del valor. Esto ha generado grandes masas de marginados en todo el mundo y ha contribuido a la desaparición de los partidos políticos tradicionales en Latinoamérica, que ahora se avergüenzan de las decisiones que tomaron en nombre del neoliberalismo.

-¿Es eso lo que está sucediendo ahora en España y el resto de Europa?

-No seré yo quien lo diga, pero no sólo el socialismo marxista está desapareciendo del mapa. Todos los partidos tradicionales tienden a desaparecer por las decisiones que tomaron siguiendo los dictados de mercados y que generaron grandes masas de desencantados.

-¿Cómo afectan a su país las crisis económicas que tanto sufrimiento causan principalmente a los más débiles en los países de economía liberal?

-Muchísimo, porque Cuba depende de las exportaciones de níquel y de productos farmacéuticos y los vaivenes de los precios nos afectan mucho. Además, importamos muchos alimentos y dependemos en gran medida del turismo. No somos autarquía, dependemos del mercado internacional.

-¿Hay cubanos que quieren volver a su ­país por no encontrar trabajo en el mundo capitalista?

-Cada vez recibimos más solicitudes de este tipo y cada vez es más normal que se permita el regreso a la Isla de los que tuvieron que dejar su tierra en una emigración que es siempre dolorosa.

-¿Cómo vivieron ustedes el hundimiento de la URSS y la caída del Muro de Berlín?

-Fue una gran tristeza desde el punto de vista emocional. Parece mentira que un país tan grandioso se haya destruido a sí mismo. Todo fue muy rápido y para nosotros fue dramático. Importábamos millones de toneladas de leche en polvo y de la noche a la mañana nos quedamos sin ese producto. Sobrevivimos por el convencimiento de que nuestra Revolución es buena y es la que hizo libre a Cuba.

-¿Necesita Cuba un Gorbachov?

-¡Ni hablar! Si la URSS se destruyó a sí misma. Nosotros estamos muy bien con nuestro líder, que además es muy cercano al pueblo. A los cubanos no nos gustan los experimentos.

-¿Qué le parece la evolución de la Rusia de Putin, donde han aflorado de repente algunas de las mayores fortunas del mundo?

-Eso de las fortunas yo no lo sé. Lo que sé es que mantenemos muy buenas relaciones con Rusia.

-¿Qué interés encuentra entre los empresarios españoles para invertir en Cuba?

-En casi todos los sectores de la economía cubana hay presencia española. España, China y Venezuela son los países con mayor intercambio comercial con Cuba. Importamos más de 1.000 millones de dólares al año de España, adonde exportamos poco más de 150 millones de dólares. El 40 por ciento de las habitaciones turísticas está en manos de empresarios o administradores españoles. Ahora queremos estimular las inversiones en energías eólicas y renovables.

-¿No debería ser España el país interlocutor entre Cuba y la UE?

-Es difícil porque la UE funciona siempre por consenso de sus miembros y no puede uno de forma unilateral hacerse con el liderazgo de un diálogo que tiene que ser de todos.

-¿Cómo consideran los cubanos de hoy a los españoles?

-Los españoles son para nosotros muy cercanos y les tenemos un gran cariño. Si alguien se propusiese romper las buenas relaciones entre España y Cuba estoy seguro de que fracasaría.

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