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Todo "13, Rue del Percebe" para un Ibáñez de 80 años

La serie de "la casa" cumple 55 años con un integral que recopila sus 342 páginas

Portada de la recopilación de "13, Rue del Percebe".

El historietista Francisco Ibáñez (Barcelona, 1936) celebró sus 80 años con la recopilación de todas sus páginas de "13, Rue del Percebe" en un tomo. Es una de las series más afamadas del autor de "Mortadelo y Filemón", "Rompetechos", "Pepe Gotera y Otilio" y "El botones Sacarino". Es la que más se acercó a la realidad social en un autor que tiende al disparate ajeno a contexto y está dotada de una imagen más reconocible, esa casa de cuatro plantas y 13 viñetas (contando las del ascensor) que alojaba cada semana una docena de chistes.

Empezó el 6 de marzo de 1961 en el tebeo "Tío Vivo" y terminó 342 páginas y siete años después. Todas están en un libro de gran formato, lomo de tela, papel estucado, remasterización de colores y nueva rotulación de textos (sin la horrible tipografía de máquina de escribir de los tebeos de Bruguera) que se vende a 30 euros.

Ibáñez recordó: "No sé si Raf (el historietista Juan Rafart, autor de "Don Pelmazo" y "Sir Tim O'Theo") ya había utilizado eso de percebe; y quizá lo de hacer algo con gente a la que se ve dentro de una casa lo dibujó una vez Vázquez, no sé? Quizá mi aportación fue que se tratara de todo un edificio. Querían que hiciéramos algo distinto para llenar una página y salió esto". El Vázquez del que habla es el autor de "Anacleto, agente secreto", en quien está inspirado el moroso de la buhardilla de "13, Rue del Percebe".

Ibáñez ha sido identificado como el dibujante de la chapuza nacional, por eso en esta casa el tendero Don Senén engaña con la calidad de los productos y el peso de la báscula, el veterinario no era muy profesional, el científico loco era desastroso para científico y para loco. Tampoco era muy diestro el sastre y el ladrón Ceferino no robaba nada útil. De la falta de vivienda de entonces hablan dos personajes: Don Hurón, el inquilino de la alcantarilla, y la dueña de la pensión que embute a sus huéspedes en aquellas ciudades de realquilados. Los hermanitos gamberros tenían sentido cuando las familias eran numerosas y los niños traviesos.

En 1968, Ibáñez era la estrella indudable de la editorial Bruguera y tenía que atender otros cortijos: "Cada semana tenía que hacer 'Mortadelo y Filemón', 'Rompetechos', '13, Rue del Percebe', 'Pepe Gotera y Otilio' y 'Don Pedrito', el muñeco de Fundador que le gustaba mucho a Francisco Bruguera y compró los derechos de imagen para hacer unas historietas en papel que me cayeron a mí", recuerda el dibujante. Cuando los lectores empezaron a mandar cartas pidiendo más Mortadelos, Ibáñez consiguió librarse de lo que más trabajo le daba: "13, Rue del Percebe".

Pero recuperó el formato en los años ochenta, cuando cerró la editorial Bruguera e Ibáñez fichó por Grijalbo sin poder usar sus creaciones de siempre. Entonces creó "7, Rebolling Street", una doble página que refrescaba el modelo. Como Ibáñez es un caudal historietístico hizo 175 entregas (es decir, 350 páginas)

Produce dos aventuras nuevas de "Mortadelo y Filemón" cada año y vende más de 100.000 ejemplares por volumen. Desde que el fondo de Bruguera pasó a manos de Ediciones B (1988) lleva vendidos más de 30 millones de ejemplares. Ya tiene una historieta olímpica para Río de Janeiro.

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