Inés Miravalles es una precursora de algo que, según los expertos, será muy frecuente en el futuro, pero que hoy es altamente inusual. Podría denominarse "cáncer crónico". Una expresión compuesta de una palabra devastadora, cáncer, y otra consoladora, crónico. Periodista ya jubilada, 53 años, desde hace un lustro pelea contra un cáncer de colon que mil veces se le ha complicado y otras mil veces ha visto como esta menuda mujer, madre de dos hijas, decidía que no estaba dispuesta a dejarse amedrentar, ni mucho menos a abandonar el frente.
Supo de la existencia del programa de Pacientes Activos de Asturias (PACAS) a través de la página web del Ayuntamiento de Llanera (reside en Lugo de Llanera). "En un principio, me interesé pensando en mi madre, que tiene 84 años, pero luego vi que podía ser muy útil también para mí", explica. El ciclo consta de seis sesiones, con periodicidad semanal. "Se desarrollan diversos temas, enfocados a que el paciente conozca su propia enfermedad y actúe ante ella de forma activa".
En febrero y marzo, Inés realizó el programa en el centro social de Posada de Llanera. Las pautas alimenticias y el ejercicio físico ocupan un espacio preponderante, pero el programa también enseña estrategias de relajación, meditación... "Los que dan el curso también son enfermos crónicos o personas que son o han sido acompañantes de enfermos crónicos".
Inés Miravalles hace especial énfasis en los planes de acción. "Cada persona se marca cada semana un objetivo. Lo pone en común con sus compañeros y luego evalúa, también en público, cómo le ha ido". Son retos sencillos. "Por ejemplo tomar menos café o caminar 20 minutos diarios". Lo verdaderamente relevante es "marcarte progresos tú mismo y compartirlos con los demás; y, desde luego, ver que los cumples". El programa de pacientes activos desencadena una dinámica de superación: "No se trata de juzgar ni de meter presión, sino de animar a la gente en un ambiente positivo y de optimismo. Si fallas, no pasa nada; intentas superarte para la próxima". En la última sesión, se hace balance y todo termina con una comida saludable.
Ahora, Inés Miravalles está formándose para ser monitora. "Después de cinco años enferma hay cosas que conozco bastante bien, como la parte nutricional, pero quizá lo que más te sirve es el contacto con otras personas del curso". La periodista tiene bien experimentado que "el aislamiento que propician las sesiones de quimioterapia es grande". Por eso ayuda "conocer situaciones parecidas para saber cómo hacer frente a las cosas o qué recursos emplean otras personas". Con apoyo, con formación, con ganas de vivir, Inés Miravalles está dispuesta a seguir explorando sin miedo cómo es esta cosa tan novedosa llamada "cáncer crónico".
