"La cuenca del Navia es singular en toda Asturias. Es el río de los embalses", afirma Alfredo González, gerente de la Fundación Parque Histórico del Navia. González opina que las tres presas (Salime, Doiras y Arbón) que salpican su cauce tienen un "atractivo especial". "El que entra en uno de estos embalses lo graba de por vida", asegura. González propone organizar rutas fluviales que incluyan explicaciones sobre cada estructura. "Hay limitaciones para las embarcaciones de motor por si contaminan, pero las lanchas de remo podrían dar mucho juego. Incluso se pueden captar deportistas. En el embalse de Arbón llegó a entrenar la selección nacional de remo".
En las profundidades de la presa de Grandas de Salime están los restos del pueblo de Salime, que antes de desaparecer bajo el agua fue capital del concejo. Esta aldea, de la que se conservan paredes de casas y caminos, sólo se deja ver gracias al descenso del nivel del agua del embalse que lo sepultó en los años cincuenta y que provocó su abandono. Uno de los proyectos que pone sobre la mesa la comarca es explotar el encanto de esta vieja villa, aunque para ello hace falta una empresa especializada en buceo. "Esta actividad tendría que estar orientada a un público experto, porque para sumergirse en las aguas de un embalse no vale cualquiera. Son aguas oscuras y se necesita una mínima preparación", dice Alfredo González. Lo que está claro es que la antigua villa de Salime podría llevar mucho negocio a la comarca del Occidente.
