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Las últimas palabras mágicas que nos quedan

La tradición oral asturiana atesora hoy en día 90 conjuros, ensalmos e invocaciones de raíces milenarias. Son fórmulas para modificar la naturaleza que ha recopilado el filólogo Jesús Suárez en un monumental estudio

Las últimas palabras mágicas que nos quedan

Son palabras que han recorrido miles de kilómetros desde los confines de Europa hasta llegar a Asturias, donde hoy ya están a punto de olvidarse para siempre. Son palabras poderosas que han pervivido miles de años, palabras mágicas utilizadas para ahuyentan tormentas, ¬cerrar la boca a los lobos, curar enfermedades y dolores de muelas, palabras para espantar a los súcubos que nos quitan el sueño…. El filólogo Jesús Suárez López, creador y responsable del Archivo de la Tradición Oral (Muséu del Pueblu d’Asturies) ha recopilado todas esas palabras, todas las invocaciones, conjuros y ensalmos que perviven en el medio rural asturiano en un exhaustivo trabajo titulado “Fórmulas mágicas de la tradición oral asturiana”, editado por la Dirección General de Patrimonio Cultural. Se trata de un estudio donde el salto cualitativo estriba en que las pone en una doble relación: temporal (aparición de las mismas fórmulas o similares en otros tiempos históricos) y geográfica (conjuros similares en otros países europeos). De esta manera se aprecia la existencia de un “sustrato antiquísimo” que recorre el Viejo Continente, revelando la fe que, antes de la revolución científica, tenía el hombre en el poder de la palabra. La fe del hombre neolítico.

La búsqueda de esas fórmulas mágicas ha llevado a Jesús Suárez hasta la Edad Media, donde encuentra las primeras referencias escritas de estos conjuros -la mayoría de las veces anotadas en los márgenes de los manuscritos o escritas al revés, para que no se perdiesen- y que hoy, en una u otra versión, están en la memoria de muchos asturianos septuagenarios y octogenarios, pero también en personas de su misma edad de Lituania o Ucrania. “A mil años y a 3.000 kilómetros de distancia puedes encontrarte que se trata de curar la picadura de la culebra con el mismo ensalmo”.

Son palabras mágicas y palabras que no se dicen en voz alta. Aquellos que las utilizaban por sus presuntos poderes curativos hacían la gestualidad correspondiente a cada rito, pero el conjuro se susurraba. Nadie lo escuchaba. “Y eso era porque la gente creía que cuando le transmitía las palabras a otro perdía la mano para curar”. Había otra razón subyacente: el conocimiento de esas fórmulas mágicas otorgaba a su poseedor una preeminencia social. Y si no cobraba, siempre podía aceptar la gratitud de sus convecinos. Hoy la medicina ha acabado con la funcionalidad de aquellas palabras a las que se confería el poder de alterar el curso de la naturaleza. Por eso es ahora cuando los investigadores de la tradición oral, como Jesús Suárez, encuentran más facilidad para que le sean desveladas. Ya no funcionan, pero emiten un destello poético ancestral.

Jesús Suárez ha encontrado 90 fórmulas diferentes en Asturias de conjuros, invocaciones y ensalmos, de los que salen unas 300 variantes. La práctica totalidad procede de los concejos del occidente de Asturias y apenas los ha encontrado en el centro y el oriente de Asturias. Ahí se queda. No aporta ninguna explicación. Nada de raíces celtas. Él es filólogo. Él supone que esa tradición de palabras mágicas del Occidente es como los neveros que perviven tras una gran nevada que cubrió todo el territorio asturiano, frases que ahuyentaban la niebla. Acaso la industrialización y unas mejores comunicaciones las borraron para siempre en estas zonas. Suárez las estudia y las compara con las registradas en otras partes del mundo, pues ha encontrado que el viaje de esas palabras mágica ha llegado a un floreciente destino en la actualidad en Brasil, donde mantienen esa funcionalidad que atenta contra la ciencia. Son retazos de lo que éramos hace miles de años: “Ahora que creemos tanto en la tecnología y creemos que con darle a un botón de play se puede hacer cualquier cosa, este tipo de peticiones nos sitúan al nivel de los aborígenes australianos o los bosquimanos del Kalahari”.

Conjuro contra la tormenta

Tona, tona, reburdiona,

más arriba Cristo sona.

Dios ampare el pan ya’l vino

ya las casas del peligro.

Allá vayas a ’escargar

a las peñas de la mar,

donde no oigas el gallo cantar,

ni el buey reburdiar,

ni las campanas tocar.

Invocación a la luna nueva

Dios te bendiga, lúa nova,

que nun te vin hasta ahora,

que nu me dola dente nin mola,

nin me trabe can nin colobra,

nin sapo nin sapagueira

ni ningún mal de fora.

Invocación al buitre

Butre, butrera,

canal de madera,

si bates las alas

serás verdadera

y si no las bates

serás embustera.

[Nota del colector]: Decíanlo cuando veían una butre volando, si batían las alas era porque había un animal muertu, sinon llevábanlas quietas (abiertas).

Contra el lobo

Por aquella costilla arriba

iba san Bartolomé

enguifando seis perrinos

y tocando la bocina.

Encontró con “Dontelán”:

-¿Ande vas, “Dontelán”?

-Donde haiga bueis y vacas, ovejas y cabras.

-En las mías no toques,

en las otras no veles,

que allí está santa María Madalena

que malas nuevas te haría.

San Juan y san Román

aten el lobo y ceben el can.

[Celia Avello García, 70 años, Biescas-Valdés, 1995] Suárez (1996)

Para sembrar cáñamo

Cáñamo siembro,

a Dios lo encomiendo,

nazca o no nazca,

el diablo lo pazca.

Ensalmo para la desfeita (queratitis ocular)

San Ildefonso se vistió y se calzó,

sus pies y manos lavó,

a misa de Nuestra Señora llegó,

Nuestra Señora le dijo

el camino de la misa:

-Las desfeitas nel ollo las teis.

Si é blanca,

Dios che a desfaga;

si é rubia,

Dios che a confunda;

si é negra,

Dios che a convierta.

Dalle con miyo,

dalle con trigo,

dalle con sal,

dalle con agua

da fonte pernal.

Descendiendo y desvelando

y as desfeitas derribando.

Ensalmo para las lombrices intestinales

As llómbrigas eran nueve;

de nueve volvéronse ocho;

de ocho volvéronse siete;

de siete volvéronse seis;

de seis volvéronse cinco;

de cinco volvéronse cuatro;

de cuantro volvéronse tres;

de tres volvéronse dos;

de dos volvéronse una…

Todas las corto,

non sendo a Villarreal;

aquella non la corto,

nin ye fago mal.

Ofrezco a Dios

y a la Virgen María

un Padrenuestro

y un avemaría…

Ensalmo para el mal del toupo

Toupo matéi,

menciña faréi.

Toupo matéi,

menciña faréi.

Toupo matéi,

menciña faréi.

Y con una cataplasma de hierbas sanaba aquella enfermedad.

El mal del toupo era una enfermedad que se ponían los dedos hinchados y si no se curaba pues echaban pus… los dedos o la mano por adentro, y había mujeres que decían que lo curaban. Decían que pa tener ese don de curar la enfermedad que había que matar un toupo con tres puñetazos. Con tres puñetazos tenía que matar el toupo.

Conjuro contra el pisadiel

Pisadiel de la mano furada

rueda cien veces

la mar salada

antes de acercarte

a los pies de mi cama.

Ensalmo para la fístula

Fístula que estás en el hueso, del hueso

sal a la sangre, de la sangre sal a la carne, de la carne al pellejo, del pellejo al pelo, y

del pelo a la piedra y de la piedra a la tierra.

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