La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

"Estaba en un pozo y tratar de ser útil a los demás me devolvió la ilusión de vivir"

Pie de foto firma

Marisa Sánchez Jiménez, vecina de Avilés, intenta ser útil a sus 62 años -está jubilada desde los 42, cuando un accidente de tráfico la dejó incapacitada para el trabajo- dedicando parte de su tiempo a los demás: organiza talleres de manualidades y mercadillos solidarios y cultiva un huerto urbano junto a otras mujeres. Y esa placentera sensación de utilidad, tan contraria al vacío vital que sienten algunas personas cuando llegan a la jubilación, es la medicina que ha logrado sacarla de la cárcel en que la encerraron varias dolencias físicas y una depresión. "Yo estaba en un pozo y fue el hecho de comenzar a impulsar iniciativas sociales lo que me devolvió la ilusión de vivir", afirma.

Marisa Sánchez tutela junto a otras colaboradoras los talleres de bisutería y costura del centro de mayores de Las Meanas (Avilés), organiza un mercadillo a beneficio de la infancia de Nicaragua y esta primavera confía en inaugurar otro para recaudar dinero con destino a colectivos infantiles de Senegal. Y aún le queda tiempo para gestionar un huerto ecológico y urbano que sirve de punto de encuentro a mujeres en busca de actividades de ocio. Su última experiencia ha sido apuntarse a un viaje del Imserso del que ha vuelto deseando repetir: "He conocido a gente encantadora y con una vitalidad contagiosa".

Esta inquieta mujer concluye quitando hierro a su actividad social y explicando que lo único que procura es "motivar a personas de todas las edades deseosas de aprender y compartir habilidades de todo tipo" para que participen en esos talleres que a ella tanto le gratifican.

Compartir el artículo

stats