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Rosa María Menéndez | Presidenta del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)

"A las mujeres no nos educan para ser libres ni jefas, está mal visto"

"Lo importante es que demos una oportunidad de retorno a los científicos que se fueron con la crisis, que dispongan de unas condiciones libres de sobresaltos para desarrollar su carrera"

Rosa Menéndez, presidenta del CSIC. LUISMA MURIAS

La doctora en Química Rosa María Menéndez López (Cudillero, 1956) lleva vinculada desde 1979 al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), cuya presidencia ocupa desde el pasado mes de diciembre. Es la primera mujer que encabeza el buque insignia de la investigación en España, que aglutina a algo más de 11.000 científicos. Mañana, lunes, inaugurará la III Semana de la Ciencia de LA NUEVA ESPAÑA, un ciclo de conferencias con algunos de los más destacados investigadores del panorama nacional que se celebrarán hasta el viernes en el Club Prensa Asturiana, situado en la redacción del periódico en Oviedo. Rosa Menéndez intervendrá a las 20.00 horas con la conferencia titulada "La utilidad de la ciencia".

- ¿Qué nivel tiene la ciencia en España? ¿Vamos tan retrasados como a veces decimos?

-Los científicos españoles en muchos campos y disciplinas son líderes a nivel internacional, ocupan el "top ten". Pero creo que eso no acaba de llegar a la gente, posiblemente los medios que estamos utilizando para darlos a conocer no sean suficientes, pero tenemos excelentes científicos en muchas disciplinas. Es importantísimo que se conozca lo que se está haciendo, que se está rentabilizando la inversión y que es necesaria la investigación. Igual que hay movimientos de apoyo a la educación o la sanidad, que yo creo que son importantísimos, también es importante que la gente pida apoyo para la investigación. Si no hay investigación, no hay desarrollo en ámbitos tan importantes como la salud. No hay futuro.

- ¿Cómo sale la ciencia española de su travesía por la crisis económica y los ajustes?

-Con necesidad de una mayor inversión y un crecimiento sostenido en el corto y medio plazo. Afortunadamente, nuestros científicos han capeado el temporal a nivel de resultados y han mantenido el nivel como refleja su producción científica. En mi opinión, el problema puede ser más de futuro si no se toman medidas.

- ¿Hemos perdido en estos años una generación de investigadores que por falta de salida en España emigraron al extranjero? ¿Cuánto tardaremos en recuperarnos?

-Es difícil cuantificarlo de una forma precisa y algunos, posiblemente, ya no se planteen la vuelta porque han encontrado unas condiciones adecuadas y organizado su vida en el nuevo destino. Lo importante es que a partir de ya ofrezcamos una oportunidad a aquéllos que quieran retornar. Con unas condiciones libres de sobresaltos que les permitan desarrollar su carrera científica. Algunos están volviendo y haciéndose un hueco en nuestro sistema de ciencia, apostando aquí con toda su energía a pesar de las dificultades. En paralelo con la convocatoria oficial de reincorporación, la Fundación General CSIC gestiona el programa "Con Futuro", que está actuando de amortiguador en su aterrizaje y les permite continuar haciendo ciencia de calidad mientras consiguen una situación más estable. Actuaciones de este tipo y a mayor escala son importantes.

- Con la recesión asistimos en España al derrumbe de la economía del ladrillo. ¿Cree que aprendimos la lección de que la única salida es la inversión en conocimiento o volvemos a las andadas, a olvidarnos del I+D?

-En los últimos años se ha mejorado un poco la situación, al menos en la creación de plazas, pero se necesita una mayor inversión. Un crecimiento sostenido y racional. Seguimos teniendo una gran necesidad de personal técnico y de gestión, no sólo es el personal científico. Y también invertir en mejora y actualización de equipamiento científico para seguir siendo competitivos internacionalmente.

- En su toma de posesión al frente del CSIC habló de la estabilidad laboral como la clave para recuperar el talento fugado. ¿Cómo se propone actuar al respecto?

-Yo diría que mi primera preocupación es retener y atraer a los mejores científicos. Retener mediante la estabilización y atraer mediante el incremento de la oferta de empleo público. Ambos aspectos los tenemos definidos en el plan estratégico que se aprobará próximamente.

- ¿Podría indicar algunas líneas de ese plan?

-El personal actual del CSIC es de poco más de 11.000 personas. Para recuperarnos razonablemente necesitaríamos un crecimiento del 20% en los próximos tres años, en el marco del plan estratégico. Queremos mantener la excelencia alcanzada y abordar proyectos multidisciplinares como los que Europa ahora está impulsando. Proyectos de tipo "misión" como fue, por ejemplo, la misión del hombre a la Luna. Una misión sería, por ejemplo, tener los océanos libres de plástico. Pues a lo mejor el CSIC no puede abordar el problema completo, pero puede abordar el problema de la gestión de los plásticos en la alimentación y para ello necesitamos gente de distintas disciplinas. Esos proyectos con un alto impacto social queremos reforzarlos. Además, tenemos un proceso de reducción de temporalidad. La tasa de temporalidad es elevada y para abordar un proyecto a 10 años vista no podemos andar haciendo contratos cada dos años. Esperemos que eso sea posible. Hay que negociar y lograrlo. Yo creo que también la sociedad tiene que concienciarse de que la investigación puede ayudarnos bastante a salir de la crisis. No es suficiente con quedarnos en una economía en la que tengan tanto peso los servicios. El desarrollo de nuevas tecnologías es el motor de todo el desarrollo económico de todos los países.

- El Gobierno le va a subir el sueldo a los policías y guardias civiles. ¿A los investigadores/científicos hay que subírselo?

-No estaría mal, pero a mí me preocupa más la incorporación de los jóvenes. Y lo de jóvenes es un decir, porque la media de edad de incorporación en el CSIC está por encima de los 40 años. Como consecuencia del tapón que se formó en la época de la crisis. Sería bueno bajar a los treinta y pocos.

- ¿Hay precariedad entre sus investigadores?

-Los contratos en el CSIC no son precarios económicamente, son razonables. El problema que tenemos es de estabilidad, que puedan consolidar una carrera científica. Estamos analizando con los sindicatos, con el Ministerio, viendo otras posibles vías alternativas. Estamos intentando consolidar la nueva carrera científica, que sería de empleado laboral no funcionario. Me refiero a los llamados "investigadores distinguidos", una nueva figura que se ha creado, una vía más flexible de contratación para así poder fichar a gente. Esto consistiría en evaluar periódicamente, a los cinco años, y estamos mirando también ver cómo pueden ser incentivados, en función de la productividad.

- Parece que los niños españoles sólo quieren ser "youtubers" o cocineros en "Master Chef Junior". ¿Qué consideración social hay en España de la figura del investigador, del científico?

-No es muy alta, pero creo que se está mejorando. Se están desarrollando campañas a todos los niveles desde edades tempranas, en colaboración con los colegios. Concretamente, en nuestra institución tenemos una línea de actuación que se llama "El CSIC en la escuela" que se está acometiendo en todas las comunidades autónomas y desde la organización central. Otra actuación es "Ciudad Ciencia", que acerca la ciencia a más de 40 municipios distribuidos por toda la geografía española. En Asturias participan Cangas del Narcea y Valdés. También editamos una colección de libros muy asequibles a todos los públicos dentro del ciclo "Qué sabemos de??", que está teniendo mucho éxito. Es muy importante la divulgación a todos los niveles, incluidas las redes. Se necesita mejorar la percepción de los españoles respecto a la importancia de la ciencia, ya que sólo un 20% reconoce su importancia mientras que en la Unión Europea se ronda el 40%.

- Hablamos de que ya tenemos nativos digitales pero, en realidad, la mayoría de esos niños o adolescentes desconoce cómo funcionan esas tecnologías y el impacto que tienen en sus vidas. ¿Hace falta un esfuerzo de alfabetización científica en España?

-Totalmente de acuerdo con la necesidad de esta alfabetización, no sólo desde los colegios sino también desde la propia familia.

- La ciencia se supone el terreno de la racionalidad y el progreso, pero las mujeres científicas insisten en que aún hay mucho machismo en cátedras y laboratorios. ¿Usted lo sufre o lo sufrió?

-Personalmente no lo he percibido, aunque me haya costado mucho esfuerzo en todos los sentidos. Logré la promoción al segundo nivel dentro de la carrera científica del CSIC, Investigador Científico, después de doce años de mi ingreso en plantilla. A partir de ahí ya me fue más fácil. A los tres años ya conseguí la promoción a profesor de investigación, que es el equivalente a catedrático de Universidad. Lo que creo es que para los hombres resulta más sencillo por temas de conciliación familiar.

- ¿Una mujer, la primera, al frente del CSIC aporta algún valor diferencial con respecto a una larga lista de hombres directivos?

-En mi caso juego con mi facilidad de diálogo, de empatizar con las personas de mi entorno, pero no estoy segura de que sea por razón de sexo. Soy una persona entusiasta y entregada a mi trabajo y confío en mi equipo, por lo que no tengo problemas para delegar y esto me facilita la tarea. El ambiente de trabajo, a pesar de las muchas dificultades a las que nos tenemos que enfrentar cada día, resulta muy agradable.

- ¿Cómo vivió la protesta feminista del 8-M?

-Yo dije en los medios de comunicación que apoyaba la necesidad de aumentar la visibilidad de la mujer, pero que no sólo en un día puntual. Hay que concienciar sobre ello a diario. Tenemos que ver por qué las mujeres se quedan a mitad de camino en la subida en la escala laboral, y yo siempre pienso que el tema de la conciliación familiar pesa mucho por nuestra educación, por nuestra mentalidad. Creo que a las mujeres no nos educan para ser libres e incluso para ser jefas. Parece que socialmente está un poco mal visto. Parece que es como abandonar tus labores y, en cambio, siendo hombre, sin embargo, está bien visto. Ese día yo dije que estaba de acuerdo con las manifestaciones del día 8 pero yo trabajé. Al nivel institucional no marcamos disciplina, cada científico o científica toma sus propias decisiones. Hubo gente que lo apoyó y otra que no. Hubo libertad total. Yo trabajé porque tenía una agenda que mantener y consideré que debía trabajar. Lo cual no quiere decir que yo estuviese en contra.

- Dígame dos o tres avances científicos o tecnológicos que le interesen o le preocupen, por positivos para el avance social o por sus efectos perniciosos.

-La inteligencia artificial, que tiene muchas ventajas pero también muchas incógnitas. Lo mismo que no sabemos exactamente cómo funciona nuestro cerebro, hay algunos sistemas de aprendizaje profundo ("deep learning") cuyos algoritmos no conocemos exactamente qué alcance pueden tener si dejamos que tomen decisiones. También me preocupa la medicina regenerativa, que constituye una auténtica revolución, pero debe ser adecuadamente utilizada y estar regulada.

- ¿Considera que falta un gran debate ético sobre la utilización de determinados avances trascendentales como, por ejemplo, el corta y pega genético o el impacto de las tecnologías digitales?

-El debate es necesario y no sólo desde el punto de vista ético. Las ventajas y posibles conflictos de estas tecnologías son aspectos a tener también en cuenta, las consecuencias que puedan acarrear.

- Le pregunto sobre su ámbito de investigación, usted que dirigió en Asturias el Instituto del Carbón. ¿El siglo XXI estará totalmente "descarbonizado"?

-Debería estarlo para cumplir los objetivos acordados en la Conferencia de París hace tres años. El acuerdo fue limitar las emisiones de gases de efecto invernadero para que el calentamiento global no pase de 2 grados e idealmente se limite 1,5 en 2015. Los datos indican que en estos momentos nos estamos acercando a ese límite, lo cual quiere decir que el margen que nos queda es muy pequeño. Para lograrlo necesitaríamos lo que se denomina emisiones negativas, es decir, captura de CO2 de biomasa o del aire y almacenamiento.

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