Oviedo, J. BLANCO

Nacho Rodríguez es de Oviedo, del barrio del Cristo. Tiene 30 años y comenzó cerca de la adolescencia con sus pequeñas cosas de dibujos y animación. Ahora es un animador consolidado, sobre todo en la red. Ahí triunfan sus historias, últimamente lo hace con «Mr. Coo». Animación, guión y dibujos con personalidad. Historias con mensaje y un toque de fino humor. Habla desde Lille (Francia) con LA NUEVA ESPAÑA. Nacho Rodríguez usa el alias de Nacho Tururú: «Me cuestan las palabras. Son todas absurdas y mentirosas. Y me he puesto una palabra absurda», dice.

Su nombre se repite ahora en la red por el parecido de «Day & Night», el corto previo a «Toy Story 3», con el Mr. Coo de Nacho Rodríguez. «Me enteré del tema por un colega animador canadiense; me preguntó si había trabajado en el corto, el previo a "Toy Story". Reconoció mi estilo. Y sí, lo reconocí y cuantas más veces lo veía más me parecía y me pareció que se habían inspirado mucho en Mr. Coo. Para mí es evidente, salvo que un personaje es verde y el otro amarillo», apunta.

Efectivamente, observando ambas historietas se identifica tal «inspiración», como dice el ovetense. Cuenta Nacho Tururú que intenta ponerse en contacto con el productor designer de «Day & Night», Don Shank. Pero no le es posible, le rechaza los mensajes. Por lo visto sólo admite admiradores. «Me provoca orgullo y enfado mezclado, pero estas cosas pasan. No es la primera vez que Pixar se inspira en independientes».

Al margen de este debate, este ovetense está en la cresta de la ola de este arte, un trabajo que hay que currarse duramente, y cuando se empieza en esto de crío, como él, se hace más cuesta arriba: «Hace falta dibujar muchos fotogramas. Y después de dibujar mucho, ves que no da para nada, no ocupa espacio. El movimiento tiene unas leyes muy complejas. Alrededor de los 19 años descubrí Flash, que es muy versátil. Permite hacer páginas web, animación? Es fácil. No me costó mucho. Permite a cualquiera aprender con rapidez», explica.

Dicho está, su estrella es Mr. Coo, una serie de historias con un personaje muy llamativo que en seguida engancha. Relata Nacho Rodríguez que en 2004 trabajaba para Salvamania.com; por cierto, después de acabar Bella Artes: «Un día le pedí permiso al jefe para hacer una cosa a mi bola. Me salió esta cosa improvisada. El guión es mío y básicamente lo voy improvisando sobre el dibujo. Veo cómo lo puedo introducir. Creatividad muy positiva, mejor que el guión cerrado. En mi caso, si no improviso le falta vida», argumenta.

Es muy importante la música en sus historias. «Para Mr. Coo hice la animación con músicas del jazz». Un poco un guiño a «La Pantera Rosa». «No me cierro a ningún estilo».

-¿Y los circuitos de animación clásica, los de la tele de toda la vida?

-Estoy bastante a gusto como estoy. No me interesa mucho por la pérdida de libertad. Me han contado historias de cómo funciona la tele. Es difícil contar buenas historias que no estén filtradas por la corrección política. En TV3, por ejemplo, no puedes hacer una historia donde el padre sea más alto que la madre por ese miedo al machismo. O el niño puede ser un poco tonto, pero nunca la niña.

En el recorrido artístico de Nacho Rodríguez tiene una importancia considerable el mundo del cómic. En este campo cuenta sus experiencias con revistas tan contundentes e históricas como «El Víbora»: «Quería dedicarme al cómic. Me parece un medio lleno de posibilidades. Hablé con los de "El Víbora", que era lo más "underground;" por entonces estaban en decadencia. Lo de ellos eran tetas en la portada. Me dijeron que querían que sus personajes no fueran tan narizotas para diferenciarlos de los de "El Jueves"».

Otra faceta de Nacho Rodríguez tiene que ver con la parte musical, con los videoclips: «Dentro de poco voy a sacar un videoclip del grupo "Lo:muêso", de Barcelona. Será mi tercer videoclip. El mundo del videoclip me gusta mucho, hay mucha libertad. Anteriormente ya hice uno para "Pumuky" (nombrado por MTV de los mejores españoles) con la ilustradora noruega Gina Thorstensen», comenta este asturiano, cuyo talento ya se aprecia en muchos lugares.