Gijón, Elías GALLEGO

En una mañana de intensa lluvia que dio paso a una tarde de contrastes bajo el cielo, decenas de aficionados retiraban ayer sus abonos para la feria taurina de Begoña, que dará comienzo el próximo 9 de agosto en la plaza de toros de El Bibio. La presencia de José Tomás y Miguel Ángel Perera en el cartel de los festejos ha provocado un notable aumento de la ilusión por convertir Gijón en un referente de la fiesta nacional. Este incremento de expectativas hará que se paguen hasta 3.000 euros por los abonos en los palcos de 12 localidades.

Luis García lleva mucho tiempo con su abono en la barrera de la parte soleada de la plaza de El Bibio, y este año espera emoción en cantidad. «Yo he llegado a ver torear aquí a Manolete, pero este año tengo mucha ilusión por ver a José Tomás y a Perera. De todas formas, nunca se sabe quién saldrá por la puerta grande», comentó García ante la taquilla de la plaza de toros. Antonio Méndez era otro de los veteranos de El Bibio, que ayer exhibía orgulloso el cartel de las fiestas y su entrada para ver a los mejores en el programa diseñado por la empresa Circuitos Taurinos.

El Bibio es una plaza con una gran tradición pero sin esa aureola de templo del toreo que poseen otros cosos como el sevillano de la Maestranza o el madrileño de las Ventas. Sin embargo, el lujoso cartel de este año puede conseguir mejorar la imagen taurina de Gijón a nivel internacional.

Otra de las personas que esperaba ayer impaciente en la cola frente a la plaza gijonesa era Pilar Magarzo. Su padre, el doctor Antón Magarzo, fue médico cirujano de El Bibio y la llevaba a ver las corridas desde que era pequeña. Ahora lleva 12 años con su abono de sombra en uno de los balconcillos. «Por supuesto, lo que más me interesa de este año es ver a José Tomás, pero todo es atractivo en el mundo de los toros, incluso esperar esta cola tiene encanto, forma parte de la tradición», aseguró. El hecho de asistir a la plaza de toros de Gijón es mucho más que presenciar una simple corrida, es un acto social en toda regla. Este tipo de acontecimientos forman parte ineludible de la agenda veraniega de todo gijonés de pro. Normalmente, quien tiene un abono en El Bibio lo tiene también para Las Mestas y, por supuesto, para El Molinón. Tres escenarios de la fiesta veraniega. «Los toros ya no son lo que eran. Echo de menos la época de los grandes toreros antiguos. Ahora todo es negocio y no arte», confiesa Manuel Álvarez, apartado de las taquillas. Quizás en su memoria estén los relatos del escultor Sebastián Miranda, quien en su libro «Recuerdos y añoranzas» explicaba que uno de los placeres que todo aficionado taurino gustaba experimentar era seguir y acompañar a sus toreros preferidos en sus giras por territorio nacional. Miranda, íntimo amigo de Juan Belmonte, siguió las corridas del «Pasmo de Triana» durante años. Algunos en El Bibio emulan su pasión por los toros y los toreros.

Luis García: «Tengo mucha ilusión por ver a José Tomás y a Perera, pero nunca se sabe quién saldrá por la puerta grande»