Somiedo impresiona siempre que se visita. Por más que se recorre y más que se conoce, el viajero no se cansa de descubrir tanta belleza. Su paisaje, infinito, invita a perderse por él, a descubrir sus brañas, a sentarse a la sombra de los teitos, a contemplar el ganado pastando, tranquilo, valle arriba, en el puerto, a conocer sus pueblos y sus gentes y, por supuesto, a disfrutar de su gastronomía, con algunos platos de raíces vaqueiras.

Somiedo bien puede decirse que es otro paraíso dentro del "paraíso natural" que es Asturias. Con buen tiempo se hace necesario cargar la mochila y olvidarse del coche para recorrer esta tierra donde la tarjeta gráfica se agota casi sin que el fotógrafo se dé cuenta.

Entre uno de sus muchos rincones de gran belleza, se encuentran los lagos de Saliencia, en el parque natural de Somiedo. Cada una de estas masas de agua tiene su propio nombre: Calabazosa o Lago Negro, Cerveriz, La Mina y La Cueva. Existe una ruta de senderismo para poder conocerlos todos; ahora bien, no todo el mundo tiene la forma física suficiente para realizarla. Lo cierto es que, cada cual, una vez llegados al primer lago, el de La Cueva, puede optar por continuar por la senda señalada.

La ruta, que se inicia tras dejar el coche en el aparcamiento del alto de la Farrapona, lleva tras caminar por una pista de un kilómetro, aproximadamente, al primero de estos lagos, que, sin duda, impacta desde el primer momento que se descubre. Hay quien opta por descansar, comer y pasar la jornada. Mientras que otros prefieren continuar haciendo la ruta completa en esta zona que lleva hasta el lago de La Mina, lago de Calabazosa, Vega de Cerveriz, vega de Camayor, lago del Valle y, finalmente, como ruta circular, al alto de la Farrapona. En este lugar está todo señalizado.

Los amantes de la Naturaleza, de los animales, de los paisajes singulares y únicos, tienen una cita con los lagos de Saliencia. Quien va una vez repite. Y es que está claro que Somiedo enamora desde el primer momento en que se pisa.