Del brazo de la charanga Ventolín Xixón y con el sol abriéndose paso entre las nubes que hasta las horas previas habían sido tristes protagonistas de la meteorología local, llegó la "Semana negra" a su anual cita con el público gijonés. Y lo hizo sobre raíles, como manda la tradición. El "tren negro" que cada año acerca a la ciudad a los escritores y organizadores de este certamen lúdico y cultural -que en 2016 celebra su 29 edición-, llegó a la estación provisional de Sanz Crespo a las cuatro y diez de la tarde, cinco minutos antes de lo previsto, como si los participantes en las actividades que hasta el día 17 llenarán la explanada de Naval Gijón tuvieran prisa por inaugurar un festival que en esta ocasión y como consecuencia de la protestas de los vecinos de Poniente tendrá que cerrar las puertas de sus bares y atracciones hora y media antes de lo habitual en los días laborales.

"La lista de escritores este año es de caer 'p'atrás', este es un festival único en el mundo que consigue sinergias que nadie más logra", afirmó a su llegada al Ayuntamiento José Luis Paraja, director del comité organizador de la "Semana negra", que comparó el certamen con la ciudad que lo acoge y a la que definió como "abierta, contradictoria y participativa". Paraja presentó el certamen como una oportunidad única para juntar piezas tan dispares como "una feria de caballitos, mercadillos, restaurantes que venden pulpo y escritores a los que la gente puede asaltar por la calle porque van a estar en contacto con el público todos los días que se pasen por el recinto". El impulsor de esta cita lúdica y cultural hizo alusión también, aunque sólo con insinuaciones, a las quejas que la celebración de la "Semana negra" en la parcela de Naval Gijón ha levantado entre los vecinos de la zona de Poniente, molestos por las consecuencias de tener al lado de sus viviendas una fiesta de lo más ruidosa. "Acogemos a todo el mundo pero también estamos dispuestos a defender nuestras posiciones", argumentó Paraja ante muchos de los escritores que este año participarán en el festival.

El concejal de Seguridad Ciudadana y Tráfico del Ayuntamiento, Esteban Aparicio, y la responsable de Cultura, Monserrat López, fueron los encargados de dar la bienvenida al amplio elenco de invitados del certamen en la Casa Consistorial. "Es un honor ser partícipes de un festival cultural y de ocio tan arraigado como éste, que atrae a tantos visitantes", ensalzó la edil del equipo de gobierno poco antes de animar a todos los gijoneses "a que se acuda a una fiesta sin la que no se entiende el verano de Gijón". López llamó además a los asistentes -visitantes y escritores-, a disfrutar de una ciudad "cuyo único límite es el mar".

En el acto de bienvenida también estuvieron presentes concejales del PSOE, Xixón Sí Puede e Izquierda Unida. Varios ediles de estos partidos ya habían participadopreviamente en el recibimiento al "tren negro". Y es que la estación de Sanz Crespo había sido el primer escenario de una "Semana negra" a la que aún le queda lo más importante por contar. Durante estos diez días más de 160 escritores se pasearán por sus disitntos espacios culturales. Los visitantes podrán disfrutar de literatura, exposiciones y del Encuentro Internacional de Fotoperiodismo "Ciudad de Gijón", que este año se vuelca con el drama de los refugiados sirios que llaman a las puertas de Europa. Todo ello sin olvidar los bares, restaurantes, atracciones feriales y conferencias de todo tipo y pelaje literario que conforman la parte más relevante del extenso programa.

Aunque la cinta inaugural no se cortó hasta pasadas las nueve de la noche, el ambiente en el recinto ya era festivo desde las cinco de la tarde, bañado por un sol que se mostraba hasta ayer esquivo. Y lo que queda, que esta edición no ha hecho más que escribir el prólogo.