Lo que ayer triunfó en el Carmín de la Pola fueron los mensajes, que tomaron cuerpos y camisetas como espacios para hacerse leer. Mirian Sánchez proclamaba su amor por su amiga María Castrillo, de Gijón, pintándose en la pierna: "No quiero cuatro babies, con Castri me vale", en alusión a la canción de Maluma. Explicó que los jóvenes tienen fórmulas para informar sobre si tienen pareja y la suya fue una frase en su nalga apuntando con una flecha hacia el trasero: "Tiene dueño, no me mires". Su amiga María agregó que otro mensaje que se está popularizando es "fiestes de práu, bragues de laú".

Otros ya lo dejaban claro en su camiseta: "Salimos como queremos, volvemos como podemos". Porque sin duda, ayer le pasó a más de uno en una fiesta en la que además de la empanada, los bollos preñados y la tortilla triunfaron la sidra y la bebidas espirituosas. Y agua, mucha agua para refrescarse, por fuera y dentro.

Este año, la camiseta oficial, que no estuvo exenta de polémica por un diseño que no convenció a los polesos, también tenía lema: "No a la violencia de género". Pero no caló en todos porque hubo quien osó a escribir: "Ninguna mujer es completa hasta que un 'hooligan' se la meta". Como era de esperar, la indignación se desató en las redes sociales y el mensaje acabó denunciado por la Delegación asturiana del Movimiento Democrático de Mujeres.

Pero en este multitudinario Carmín, que concentró a unas 50.000 almas en el praú, reinó el buen ambiente y la diversión. Los polesos fieles a esta fiesta destacan que los romeros cada vez madrugan más para subir al prau de la Sobatiella. Al abrir antes los accesos, muchos van directamentesin participar en el desfile de grupos, bandas y charangas, que así todo estuvo muy concurrido.

Siguiéndolo estaba Ricardo Mones, de Gijón, que acude "todos los años". Echa en falta el agua que hace unos años tiraban desde las casas cuando los romeros bajaban de la Sobatiella hacia el centro. A su lado estaba Silvia Gallego, con Colás Mones, de 5 años, el hijo de ambos. "Ya venía con 17 años y ahora, con 41". Cree que la fiesta es "más aburrida". Sostiene que "subía mucha más gente con las peñas" y lo achaca a que como el espacio está "demasiado acotado por las peñas, van demasiado temprano para coger sitio y desluce mucho el desfile".

"Vi algo menos de gente en la salida en Les Campes", apuntó la polesa María Rosa García. Agrega que ya por la mañana vio subir a muchos romeros hacia el praú "directamente y antes se subía por la tarde". Otro poleso como Daniel García también lo tiene claro: "el desfile perdió mucha gente, porque la gente va antes para el práu" y echa en falta el "ambiente familiar" de cuando era una romería menos multitudinaria. "Ahora es más un botellón", reflexionó.

Ésta fue una de las ediciones más seguras, con más controles y la prohibición del acceso al recinto a vehículos de gran tamaño y sólo entraran los autobuses registrados. Al cierre de esta edición no había que lamentar incidentes graves. Las principales atenciones fueron por cortes leves, que empezaron a producirse más temprano porque los romeros acuden antes al praú. Fueron 41 los voluntarios de Protección Civil los que velaron por la seguridad, 12 miembros de Cruz Roja, 2 médicos y 2 enfermeros, más las fuerzas de seguridad.