1 Valor histórico. El Sella sirvió, durante la época anterior a la llegada de los romanos, como límite fronterizo del terreno que dominaban los astures, que se extendían por las actuales provincias de León, gran parte de Zamora, los extremos orientales de Lugo y Orense y la mayor parte del Principado, desde el río Sella por el este, donde lindaban con los pueblos cántabros, hasta el río Navia por el oeste.

2 La geología del paisaje. El Sella enmarca la zona de los Picos de Europa hasta el mar Cantábrico. "A pesar de que su trayecto es corto, el paisaje hace que el río sea verdaderamente singular", opina el geólogo, piragüista y director de la Escuela Asturiana de Piragüismo, Calo Soto. A esto hay que sumar, a juicio de este ganador del Descenso Internacional del Sella en K1, "la fauna y flora, tan característica de esa zona de Asturias".

3 La pesca. Calo Soto no tiene duda: el Sella es "uno de los pocos ríos salmoneros y el más importante que nos queda en España", y eso lo convierte en un polo de atracción para los aficionados a la pesca.

4 La tranquilidad. El entorno del Sella es un paraje natural, donde reina la tranquilidad, ideal para quienes deseen disfrutar de un día alejados de los ruidos y el trajín de las ciudades.

5 El piragüismo. El Descenso del Sella es una competición reconocida internacionalmente, desde que su ideólogo, Dionisio de la Huerta, decidiera apostar por este torneo que, como constata Calo Soto, "marcó un antes y un después en la evolución del piragüismo a nivel europeo".

6 Toda u na celebración. No solo el deporte protagoniza cada año la jornada dedicada al Descenso del Sella. En torno a la carrera, el ambiente, la diversión y las charangas están asegurados para garantizar es disfrute tanto de los mayores como de los más pequeños.

7 Un sentimiento. Carlos Piélagos, que ejercerá como juez en esta 81.ª edición del Descenso, es claro en su respuesta: "Para los que somos de aquí, no hay palabras para explicar lo que hace del Sella un río sin igual".