Mientras en España los termómetros suman grados cada vez con mayor timidez, en otros rincones del mundo, como en el mexicano Acapulco, las cálidas temperaturas permiten disfrutar de pequeños placeres que regala el buen tiempo, como pasear por las playas, bañarse en sus templadas aguas y dejarse acariciar y broncear por los rayos del sol. Con la llegada de la noche, esta animada ciudad ofrece una variada y amplia oferta de entretenimiento y, por supuesto, de restaurantes donde degustar buenos manjares. Y si además de unas suculentas viandas sobre la mesa, el comensal puede disfrutar de un entorno grato, mejor que mejor, la noche resultaría perfecta.

No es fácil para un establecimiento aunar ambos requisitos, pero en la capital del Estado de Guerrero existen varios locales que no defraudan al cliente más exigente. Uno de ellos es el restaurante Kookaburra. Su ubicación, en la ladera de un cerro, en una zona tranquila, ofrece unas vistas magníficas de la bahía acapulqueña. Si a ello sumamos el ambiente acogedor y el elevado nivel de su gastronomía, se convierte en un lugar muy a tener en cuenta si se visita la turística Acapulco.

Kookaburra cuenta con un comedor cubierto y con una terraza alumbrada únicamente con velas que recrean un ambiente romántico y elegante. Distinción y refinamiento envueltos en un aire informal van de la mano en este lugar cuyo personal tiene la habilidad de mimar al cliente sin por ello sentirse agobiado.

La carta de Kookaburra es apta para todos los gustos. Incluye platos con influencias francesas, americanas y, por supuesto, mexicanas. Los mariscos comparten espacio con los cortes de res más tiernos y las tradicionales recetas de la tierra. De entre éstas hay una que merece la pena destacar. Se trata del chile chipotle relleno de huachinango (pez de color rosáceo). Un plato difícil de pronunciar y ante el que conviene estar alerta. El chile jalapeño que se utiliza para su elaboración no pica, sino que quema, hecho confirmado hasta por los defensores acérrimos de la comida picante. Por eso, para no romper la magia de una velada en Kookaburra, mejor dejar para otro momento el chile chipotle.