El arte es un hilo conductor para Gonzalo Nicieza y Alicia López-Tapia. Hace doce años este matrimonio decidió rehabilitar un viejo caserío en el barrio de Los Caduxos, en Somao (Pravia). En la planta baja de su vivienda inauguraron una galería donde promocionar la obra de jóvenes artistas. Del mismo modo, en el pajar de la hacienda instalaron un estudio y un taller de restauración. El conjunto fue bautizado como Ópera Omnia, y se convirtió en un referente de la vida cultural del bajo Nalón. A principios del presente mes dieron un nuevo paso abriendo las puertas de un restaurante en el que se conjugan gastronomía de fusión y todo tipo de expresiones artísticas.

El caserío de Los Caduxos permaneció abandonado durante tres años hasta que Gonzalo y Alicia decidieron darle una segunda oportunidad. Allí instalaron una galería de arte y un taller de restauración. Durante años, su galería ha acogido decenas de exposiciones individuales y colectivas. «Nuestro propósito es promocionar el arte contemporáneo asturiano y a artistas jóvenes», explican. Como fruto de su labor algunos creadores han visto ampliados sus horizontes llegando a mostrar su obra en lugares como la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid. Asimismo, acercaron su labor a la vecina San Esteban de Pravia, donde abrieron las puertas de una sucursal en 2009.

Gonzalo Nicieza siempre ha tenido la intención de recuperar el espíritu de la colonia de artistas que se afincó en Muros de Nalón entre finales del siglo XIX y principios del XX. «Queremos despertar el interés de la gente por el arte y crear un sitio de referencia donde reunirse», explica. No obstante, sus intereses van más allá de lo meramente artístico. En 2010 dio a luz a una sociedad gastronómica desde la que se trata de promover el placer sosegado de la comida y el conocimiento de otras culturas culinarias. A día de hoy, el colectivo cuenta con sesenta socios.

La experiencia ha resultado muy provechosa. Tanto que el matrimonio consideró oportuno ampliar su negocio con un restaurante. A este nuevo proyecto se sumó Meri Brañas, vecina de Ranón (Soto del Barco). Los fogones de Ópera Omnia se inspiran en la filosofía «slow food». A día de hoy el movimiento surgido en Italia cuenta con cincuenta socios en Asturias y tan sólo los restaurantes Llar de Viri (San Román de Candamo), Los Arcos (Cangas de Onís), Sidrería Tierrastur (Colloto), Casa Telva (Valdesoto), Casa Eutimio (Lastres), Casa Chema (Puerto) y Koldo Miranda (La Cruz de Illas) están integrados en su red de España. «Tenemos la intención de ponernos en contacto con este movimiento», comenta Nicieza, el cual apuesta por abastecerse con productos locales. A todo esto cabe sumar una profunda conciencia ecológica. «El agua del negocio se calienta con la energía generada por placas solares. Asimismo, cocinamos en una cocina de leña que también ejerce como calefacción», afirma.

Ópera Omnia se ha marcado como meta ofrecer una cocina tradicional y saludable influenciada por los platos de otras latitudes. Gonzalo -que se formó como cocinero en el restaurante francés La Fonda de Javea (Valencia) durante su período como estudiante de Bellas Artes- señala que en su carta hay platos como el guacamole con nachos, humus, camembert frito, risotto, tortos de maíz o pitu de caleya a la naranja. «Nuestra intención es que la carta esté confeccionada en función de los productos de temporada», puntualiza Alicia López-Tapia.

La crisis golpea al ya de por sí lacerado sector artístico. «Apenas restauro, tan sólo encargos puntuales», enfatiza Gonzalo, quien halla paralelismos con su nueva faceta como hostelero. «Ahora nuestra idea es restaurar a las personas a través de los sentidos», concluye.