Peñalba de Castro es un pequeño pueblo del sur de Burgos que ronda los 100 habitantes, dedicados en su mayoría a la agricultura. En la actualidad es una de las miles de aldeas que hay repartidas por toda España víctimas del despoblamiento del campo, pero antaño fue un enclave destacado, cuya fama comenzó con los celtíberos, continuó con los romanos -que se instalaron en esta tierra en el siglo I a. C.- y se mantuvo en la Edad Media hasta que poco a poco la villa -porque llegó a tener este rango- fue en declive.

De la época romana, en el alto del cerro, quedan las ruinas de Clunia, ciudad que acuñó su propia moneda en tiempos de Tiberio y que siglos atrás fue un enclave estratégico en las guerras numantinas, que acabaron con el dominio de las tribus celtíberas por parte de Roma.

Lo más destacado de las ruinas son unos cuantos mosaicos bien conservados, las termas y el teatro. Todo se encuadra en una gran explanada de unas 130 hectáreas que se puede recorrer con el coche. Antes, a la entrada, es obligatoria una parada en el centro de interpretación, donde pasan un vídeo sobre la historia de Clunia y se pueden ver varias piezas (monedas, capiteles, cerámica) halladas durante las excavaciones, aún sin concluir.

Peñalba está a 35 kilómetros de Aranda de Duero -desde esta localidad hay que coger el desvío a Peñaranda y luego seguir indicaciones hacia Clunia- y a 90 de Burgos. El yacimiento abre en esta época de 11 a 14 y de 15 a 17 horas; los lunes está cerrado. La entrada cuesta 4 euros. La visita lleva una hora, como mínimo. Más información en www.clunia.es y www.penalbadecastro.es

A muy pocos kilómetros de Peñalba, en sentido Peñaranda, se encuentra Coruña del Conde. Es un pequeño pueblo coronado por un castillo del siglo X y con una ermita de origen visigodo a las afueras que merece la pena visitar. Pero si llama la atención Coruña del Conde es por el avión que está colocado estratégicamente en el alto, junto a las murallas del castillo. Fue instalado en 1993 por el Ejército del Aire para conmemorar el bicentenario del que pasa por ser el primer vuelo en España: el de Diego Marín Aguilera, que en 1793 intentó volar con un artilugio casero. No tuvo mucho éxito, pero en su pueblo tiene una estatua.

Por los alrededores están cerca Silos, Covarrubias y Aranda de Duero, donde comer buen lechazo.