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UN CAMINO ENTRE PUCHEROS

Una comida entre aperos

Conchi Castilla y Ricardo Herrero regentan en Abiegos, Ponga, el bar tienda El Cascayu, donde ofrecen comida tradicional y homenajean al campo asturiano

Un yugo para uncir las vacas.

Con la llegada de la primavera el concejo de Ponga se despereza. Los árboles empiezan a vestirse de hojas y resuenan con fuerza el río y sus afluentes que bajan, apurados, en dirección a la mar. Picos, montañas, pueblos y valles se quitan de encima los colores del invierno y, en la carretera, algún que otro rebaño de cabras cruza de un lado a otro buscando el mejor pasto, ajenos a la sorpresa que causa a algunos conductores poco acostumbrados a toparse con animales en la vía. Y es que en Asturias, en sus carreteras comarcales y llegado el buen tiempo, alguna que otra vez camino de algún pueblo o de una braña, no es extraño toparse con algún rebaño de vacas, cabritos o caballos, o hasta con una gallina con sus pitinos en curiosa formación.

Entre algunos de los pueblos guapos de Ponga, y tiene muchos, está Abiegos, con sus casas asomadas a la montaña y al valle, un lugar tranquilo y amable donde la naturaleza es generosa y donde su entorno, por su belleza y por los vecinos que la habitan, acabó enamorando por completo a Ricardo Herrero y Concepción Castilla hasta el punto de dejar Madrid y levantar su hogar en el centro del pueblo. "Vendimos todo lo que teníamos y aquí nos vinimos. Compramos un terreno y levantamos lo que es nuestra casa y al tiempo nuestro negocio, el bar tienda El Cascayu. Fue en 2004. Aquí nacieron nuestros tres hijos, que además presumen y ejercen de asturianos: Marta, Alberto y Candela", dicen sus orgullosos padres.

El bar tienda El Cascayu es un local acogedor, barín de pueblo de siempre, donde los viajeros pueden disfrutar de su comida en sus dos pequeños comedores, con una capacidad total para cuarenta y dos personas. Eso sí, el último tramo de carretera que lleva hasta este pueblo, de un kilómetro y medio, está necesitado de reparación inmediata, pues es estrecho, con curvas y con baches, por lo que es necesario extremar la precaución para evitar sorpresas.

Ya en Abiegos, Conchi y Ricardo reciben a sus clientes en su local, que sorprenderá e incluso fascinará a los amantes de la etnografía- como es el caso de Ricardo- al encontrarse, en sus paredes, todo tipo de aperos y utensilios que recuerdan al trabajo del campo y de algunos oficios ya olvidados.

Para comer hay, entre otros platos, arroz con pita, cocido, tortos con picadillo, croquetas caseras variadas (compango, lomo, setas, atún, jamón y queso de Beyos); el plato de la güela (patatas fritas, huevos y chorizo o picadillo); embutidos; revuelto de setas, tortilla paisana y sus cachopos vegetales (setas, calabacín y pencas de acelga) o el cachopo de venado. No falta el pote o la fabada, la cual y a decir de Conchi "me sale muy rica". De postre, arroz con leche, flan, natillas, o queso con dulce, entre otros.

En El Cascayu, y por ser bar tienda, también se pueden comprar embutidos de la zona, quesos de Beyos, Cabrales o fabes de la granja. Como es un local pequeño es conveniente reservar y encargar el tipo de comida, en caso de querer algo muy concreto. De interés para senderistas y montañeros es recordar que también ofrecen alojamiento en cuatro habitaciones.

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