Vivir en una casa "suspendida en el aire", que domine el paisaje sin que nada ni nadie se interponga entre sus habitantes y las vistas; poder "andar sobre el agua", o por lo menos tener la ilusión... Dos fantasías que se hacen reales gracias a una ubicación arriesgada, al juego de perspectivas y a un alarde técnico que hace posible construir una casa en voladizo en un paisaje rocoso y escarpado.

El estudio valenciano de Fran Silvestre Arquitectos ha proyectado la estructura que ha hecho factible una casa que parece que flota sobre un acantilado. En la costa levantina y sobre un territorio rocoso, con una marcada pendiente, han edificado un juego de pantallas y losas de hormigón armado que se encaja en la topografía, tras un mínimo movimiento de tierras. Y hoy ya es habitable esa casa que vuela sobre un acantilado, sobre una bahía de aguas tranquilas, para otear desde las alturas la profundidad del Mediterráneo.

La vivienda se alza como un monolito anclado en la roca que da lugar a una gran plataforma en voladizo y coincide con la cota de acceso desde la calle posterior. De este modo se logra que toda la vivienda ocupe una sola planta. Con el frontal totalmente acristalado, tanto la sala y comedor como la mayoría de los dormitorios se abren a la gran panorámica marina y se convierten en un mirador permanente.

La piscina estaba incluida en el sueño del lugar y del proyecto y se ha concebido para crear la ilusión de "caminar sobre el agua". Situada en una cota más baja y con proporción alargada, es una lámina de agua desbordante. Un plano inclinado sobre la fachada lateral perfila el volumen de la escalera que comunica la terraza a cielo abierto con el interior.

Levantada en un paisaje costero abrupto, vigilado por el peñón de Ifach, la casa se recorta con su geometría de planos blancos. La luminosidad del sol sobre ellos acrecienta la abstracción. Pero también el rotundo juego de sombras que se produce. Por la tarde, la fachada lateral, casi ciega, actúa como una benefactora pantalla de sombra.

Desde la sala comedor se sale a una terraza cubierta, integrada en la caja arquitectónica, formada por las losas de hormigón. La barandilla y los cerramientos son de cristal. La estructura de hormigón va acabada con un estuco de cal liso blanco inmaculado, el mismo color de los pavimentos interiores y exteriores.