Justin Trudeau, primer ministro de Canadá, es el gran sex symbol de la política mundial. El joven político progresista, de 43 años, hijo de Pierre Trudeau, que gobernó el país entre 1968 y 1984, y de la glamurosa Margaret Sinclair, compañera de juergas de los "Rolling" en el Studio 54 neoyorquino, ha sorprendido incluso a los canadienses, que hace dos años no se tomaron demasiado en serio el anuncio de ser candidato para emular a su padre. Hasta entonces, Trudeau disfrutaba de una consideración similar a la que tienen en España los hijos de Adolfo Suárez o de José María Aznar. Trudeau es de los que defienden apertura y transparencia. De ésos que se hacen "selfies" por la calle con sus admiradores y también de los que, al estilo del mandatario argentino Mauricio Macri o el estadounidense Barack Obama, tienen a su lado a una mujer espectacular, en este caso a Sophie Grégoire-Trudeau, considerada como la primera dama más "hot" del mundo.

Él no le va a la zaga. Con trajes azules que le sientan como un guante, pelo ligeramente ensortijado, juventud y arrojo insultante, Justin seduce a las masas en encuentros con adeptos hechos a lo grande, como todo lo que se organiza en un país de enormes dimensiones, donde los metros cuadrados no son un problema. El matrimonio Trudeau tiene tres hijos, Xavier James, de 8 años; Ella-Grace Margaret, de 6, y Hadrien, de 2. La imagen de familia "de anuncio" es uno de los mejores avales políticos de Justin, que el 25 de septiembre de 2012 anunció su candidatura a liderar el Partido Liberal de Canadá tras la dimisión de Michael Ignatieff. Tuvo que competir con otros cinco candidatos. Arrasó y en abril de 2013 fue elegido con el 80,1 por ciento de los votos emitidos. El pasado 19 de octubre llegó la gran victoria en las generales, de las que salió derrotado el conservador Stephen Harper. El Partido Liberal alcanzó la mayoría absoluta en la Cámara de los Comunes, con casi el 40% de los votos. Una vez más, el "estilo Justin" dio fruto. Trudeau realizó una campaña puerta a puerta con propuestas económicas contrarias a la austeridad. Volteó los sondeos con una victoria más amplia de la esperada por los suyos. La campaña de Trudeau y su desenlace es el sueño ideal de cualquier candidato; raras veces se da en la realidad.

Así que, sin pactos ni ataduras, Trudeau junior se dispone a bajar los impuestos a la clase media y aumentar un 1% más los de las rentas más altas. Al día siguiente de jurar su cargo levantó el teléfono y le anunció a su "vecino" Barack Obama que retiraría las fuerzas canadienses del combate contra el Estado Islámico. Es ecologista. Tanto que adoptará una política de tarificación del carbono, con un precio base para todo el país, dejando a cada una de las provincias establecer sus propios objetivos. Defiende la libertad de voto de los diputados en el Parlamento y la eliminación de la publicidad gubernamental partidista. Pretende abordar una reforma profunda del Senado para implantar un proceso abierto y transparente de nombramientos.