"Viejóvenes" es el espectáculo de los humoristas Joaquín Reyes y Ernesto Sevilla. Curiosamente, el año pasado por estas fechas lo inauguraron en Oviedo. Ahora regresan con los retoques del día a día para inaugurar la gira de 2016. Lo harán el próximo sábado, en el mismo escenario, el teatro Filarmónica de Oviedo. También pasaron por Avilés y Gijón. "Viejóvenes" es un despliegue de sketches que un año después de comenzar su aventura por teatros y recintos similares mantiene firme el humor. Un show que está dos horas en escena con la pretensión de que la risa no descanse, y que hasta el momento, y por las cifras ya conocidas, está conectando en todos los lugares. Setenta mil espectadores han pasado por los distintos locales de la gira. Joaquín Reyes vuelve a charlar con LA NUEVA ESPAÑA en este reestreno. Está satisfecho con la evolución del espectáculo, que surgió tras concluir su etapa y la de su compañero con el programa de televisión.
-"Viejóvenes" ya pasó por Asturias en 2015 y repite estreno en Oviedo un año después. ¿Satisfechos, pues, con la reacción del público?
-Nos gusta mucho ir a Asturias. Yo, como persona, voy a los Oscos. Llevo como cinco años yendo y volveré. Conozco la zona. Y sí, nos hace ilusión empezar en Oviedo la gira de 2016.
-¿"Viejóvenes" es una visión sobre el cambio brusco de edad?
-"Viejóvenes" es un término inventado por Aníbal Gómez y Carlos Areces. Es un término muy evocador. Para ellos es la persona que nace vieja. Ejemplos, Shirley Temple nació vieja, Angela Lansbury nació vieja. Para nosotros es lo que dices, creer que eres joven, quieres ser joven pero ya hay señales de que no. La juventud la hemos alargado tanto que entra en la cuarentena y la madurez ha adelgazado. Llega, pues, un momento que pasas de joven a viejo. Ese momento es el que queremos reivindicar.
-¿En qué momento surgió "Viejóvenes" y por qué?
-Ahora no tenemos programa de televisión, como "La hora chanante". Pero teníamos la necesidad de hacer sketches. Es un proyecto que nos rondaba ya cuando estábamos en el grupo. Pero entonces no teníamos tiempo. Como a Raúl Cimas y a Julián López les va bien lo de "Toda la verdad sobre el oso hormiguero", nos lo planteamos: "Vamos a hacer sketches". Además, así no viajamos solos, como se hace cuando vas de monologuista. Todo eso fue lo que nos empujó a hacer sketches y "Viejóvenes".
-¿El teatro produce más vértigo que un programa de televisión?
-No, fue natural. De hecho, nosotros casi nos subimos obligados al escenario en Paramount Comedy, que buscaba humoristas noveles. Esto no se daba antes. Somos conscientes de la suerte que tuvimos porque no era nuestra vocación. En el teatro si la cosa no funciona, no funciona. Tenemos la suerte de que la gente ya viene queriéndonos de casa. Tenemos seguidores que nos hemos ganado todos estos años. Pero, claro, luego tienes que divertirles. Escribir sketches nos gusta y este año vamos a intentar introducir alguno más en el espectáculo.
-¿Va variando?
-El espectáculo es el mismo. Tiene poco de vida. Un año para el teatro es poco. Pero en ese año el espectáculo ya ha cambiado, es muy distinto a enero de 2015. Cambió casi la mitad. Siempre hay que hacer cosas nuevas, hay que hacerlo, que es así es como va creciendo. Este año, no obstante, haremos un par de ellos nuevos y probaremos.
-¿Algún sistema para idear y escribir los sketches?
-El proceso es el mismo que en la televisión. Nos juntamos, en este caso también con Miguel Esteban, otro cómico con el que colaboramos. Y pensamos cosas. Puede ser en un hipnotizador o en un restaurante, piensas el desarrollo y la gracia. No hacemos actualidad o política. Suele ser una idea muy loca.
-¿Lo cotidiano..?
-Hicimos humor costumbrista con mucha libertad, pulsando el surrealismo. Eso no nos asusta. Siempre tiramos para adelante con el humor del absurdo.
-¿Desde el escenario se nota qué sketches funcionan mejor?
-A veces el público pilla más unas bromas que otras. Pero al final todos nos reímos de lo mismo. A mí me gusta que en el humor me sorprendan, por eso me gustan "Monty Python" o "Faemino y Cansado". Me sorprendían, además de que me divertían.
-¿El país tiene humor, está para chistes?
-En general somos bastante cachondos. Eso es lo que nos salva, nos reímos de nosotros mismos y la situación ahora mismo admite bromas.
-¿Cuánto hay en "Viejóvenes" de guión tal cual y de interpretación?
-El guión es a lo que te tienes que aferrar siempre; ahora bien, muchas veces surgen cosas en el escenario, pequeñas, pero que se incluyen en el espectáculo. Probamos aprovechando la complicidad entre ambos. Pero el guión es fundamental. Viene escrito con los chistes mejores que hayas podido inventar.
-¿Se mantiene el ritmo o hay momentos menos graciosos?
-Hay un ritmo. Habrá algunos sketches que gusten más o menos, y el ritmo lo haces probando el espectáculo. Nosotros divertimos a la gente, tampoco puede estar riéndose todo el tiempo, que a lo mejor se mea encima.
-¿Sonrisa continua o carcajadas sueltas?
-Me gusta la carcajada, pero la sonrisa, también. Siempre eres exigente con lo que haces, pero la carcajada está muy bien. Nosotros hemos sido siempre muy histriónicos
-¿Hay algún número por el que tengan cierta predilección?
-Hemos rescatado un sketch de época de "La hora chanante", revisado y escrito de nuevo. Me hace mucha ilusión, me recuerda ese momento, cuando lo hicimos hace diez años. Me gusta mucho. Además, hay un personaje que evoca a Onofre.
