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Rodrigo Cuevas: "Mi referencia es el folclore y la actitud es más cabaretera"

El ovetense publica "Prince of Verdiciu", un disco que refleja su revolución musical, mezcla de tradición, baile y electrónica con una original puesta en escena

Rodrigo Cuevas, con su acordeón.

En "Viva Grecia" Rodrigo Cuevas canta: "En Hamburgo no me caso y en Múnich lo pongo en duda...", llevando a otro terreno el clásico asturiano ("En Oviedo no me caso y en Gijón lo pongo en duda..."). Y explica el trasfondo: "En el espectáculo va un mensaje en contra de la despoblación rural y de los centralismos". Contrapongo Grecia a Alemania. Una apuesta por lo tradicional, que es donde está la conexión real con nuestros antepasados, con nuestra cultura". Rodrigo Cuevas es un ovetense de 30 años que está triunfando plenamente desde que sacó su tema "Verdiciu" y que ahora se traduce en un disco de título "Prince of Verdiciu": "El espectáculo en directo es una 'jartura' de reírse. Normalmente estaré yo solo; a veces irán conmigo algunos de los que han participado en el disco", que son Rubén Bada (bouzoki y viola), Violeta Nureyev (sintetizadores y coros) y Cilián Martínez (voz en "Toro Barroso").

Y la estética del directo "son elementos tradicionales, pero muy cabareteros, muy de club de entreguerras, muy guerrillero", afirma.

Rodrigo Cuevas es la revolución pero también la pureza del folclore: "Mi referencia es el folclore y la actitud es más cabaretera", apunta.

Así que la gente escuchará en su show tradición y también piezas de "Los Panchos" o pasodobles: "Una verbena, pero reivindicando lo que es nuestro de verdad, lo tradicional, que da mucho de sí, y además el club, la revista y el cabaret".

Por todo eso dice Rodrigo Cuevas que definir su música tiene su complicaciones, aunque tiene claras las aproximaciones: "electrofolk, agrotecno, de cualquier manera" que reúna la tradición y las músicas actuales. Puntualiza: "La verdad es que siempre quise mezclar tradición con electrónica. Me parecen muy cercanos la pandereta y los códigos de los bailes antiguos al de la discoteca y la música tecno".

De ahí salió un primer pelotazo, "Verdiciu", que ahora abre el EP, "Prince of Verdiciu", cuatro canciones que justamente hacen la mezcla citada.

Cuevas llegó a esta conclusión con un grupo con el que tocó en Pontevedra de nombre "A Máquina de Meter Medo": "Ellos utilizaban la electrónica y eran todos folclóricos. Hacía unas fiestas en mi casa en las que cantábamos encima de la electrónica y vi que era muy guay. Así grabé el primer disco".

El cantante ovetense llegó a Galicia tras un periodo de su vida en Barcelona: "Iba a tocar en los veranos en la calle. Se desmoronó toda mi vida en Barcelona y decidí quedarme. En la calle tocaba con la acordeón música tradicional, copla, canción mexicana..."

Un largo periplo hasta el impacto de "Verdiciu": "Me fui de Oviedo en 2005, pero ahora casi vivo a medias entre Pontevedra y Asturias. Todos los fines de semanas estoy ahí", dice. Cuando habla de este álbum, que presenta en la Fnac de Asturias el próximo sábado, día 18, recuerda que "Verdiciu" siempre le pareció un temazo, que "yo toco con la acordeón desde hace mogollón de años. Pero no se me había ocurrido mezclar con electrónica hasta hace poco". Y relata una anécdota con el título, "Prince of Verdiciu". "Estaba todo emocionado con el diseñador para hacer la portada y comentar el título y a ¡los dos días se muere Prince!, que por cierto era un genio. El diseño era otro, pero empezamos a ver montajes de Prince como el Principito y cambiamos el diseño". Con toda esta experiencia "tecnotradidicional" el artista ha conectado con el público: "La gente se lo tomó con un cachondeo que es un puntazo", sentencia con buen humor Cuevas, que el miércoles tendrá un encuentro digital con los lectores de LA NUEVA ESPAÑA digital (lne.es.).

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