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SUSANA LÓPEZ RUBIO | Escritora

"En los años 40 y 50 Cuba era un lugar corrupto, cubierto de oropeles, una olla a presión que finalmente estalló"

"Los empleados de El Encanto iban tan elegantes que parecían los clientes"

Susana López Rubio.

Corre el año 1947 cuando en el bullicioso puerto de La Habana desembarca Patricio, un joven asturiano de una aldea minera ensombrecida por la dureza de la posguerra. El emigrante, cargado con su maleta de cartón, pronto encuentra trabajo en El Encanto, el gran almacén fundado por los asturianos José (don Pepe), Bernardo Solís y su empleado Aquilino Entrialgo en 1900. Es el único lugar del planeta donde puede comprarse un auténtico Dior a excepción de París. El negocio donde trabajarían como gerentes el moscón César Rodríguez, primer presidente de El Corte Inglés; su primo Pepín Fernández, fundador de Galerías Preciados, y su sobrino Ramón Areces, director general y posterior presidente de El Corte Inglés. Patricio tiene un poco de todos ellos y es el protagonista de "El Encanto", la nueva novela de Susana López Rubio (Madrid, 1978), guionista de las exitosas series de televisión "El tiempo entre costuras" y "Acacias 38". La autora describe las luces y sombras de la que fue ciudad más próspera del Caribe y toda Hispanoamérica, junto a una historia humana de lucha, prosperidad y decepción.

- Conoció La Habana de los años cuarenta a través de los ojos de otros y la reconstruye de forma magistral. ¿Cómo lo ha logrado?

-Mis padres trabajaban en la compañía aérea Aviaco. Teníamos la suerte de viajar mucho a Florida con billetes de la empresa. En Miami, un matrimonio amigo nos contaba cómo había sido su juventud en la isla. Ella aún tenía en el closet ropa y zapatos comprados en El Encanto, con las etiquetas puestas. Hace unos años encontré en una página web una historia sobre El Encanto y me resucitó todas aquellas historias que había escuchado desde pequeña.

- La propia gente de El Encanto decía que sólo había dos lugares en el mundo donde podía conseguirse un Dior: París y la tienda habanera. Las estrellas de Hollywood se morían por comprar allí. ¿Cómo encajaban en aquel ambiente aquellos 'Patricios' que llegaban dejando atrás la casería en Asturias?

-Es difícil adivinarlo. Cada día de trabajo era una aventura. Me imagino que para aquellas personas, que como mi personaje, Patricio, nunca habían salido antes de la aldea, todo requeriría un gran esfuerzo de adaptación. Lo mejor de todo es que lo conseguían.

- La propia indumentaria de los trabajadores ya era un espectáculo, según se escribe.

-Es cierto, los empleados iban tan elegantes que a veces les confundían con clientes. Soy muy mitómana, me encanta el cine clásico y no puedo evitar pensar en algunas de las estrellas que iban a comprar allí: Ava Gardner, Frank Sinatra, que tenía lazos con la mafia cubana, o John Wayne, que adoraba aquellas guayaberas de hilo cosidas totalmente a mano.

- Seguro que pensó en Ramón Areces cuando escribió la novela, ¿es así?

-Claro que pensé en Ramón Areces. Es uno de los grandes referentes de aquella emigración y después logró triunfar en España. Patricio lleva el nombre de mi abuelo, pero podría ser uno de los cientos de personas que se fueron a Cuba. El éxodo asturiano en la primera mitad del siglo XX fue un fenómeno histórico.

- No todos triunfaron...

-Efectivamente. Muchos volvían con las maletas llenas de piedras, para hacer creer que traían un voluminoso equipaje.

- La historia dio la vuelta y aquel mundo desapareció, ¿queda algo de todo aquello?

-El legado de El Encanto en España es claramente El Corte Inglés. Adentrarse en la historia de los almacenes habaneros es como ver fotografías del "Titanic".

- Tras el triunfo de la Revolución, en El Encanto se agotaron las telas de color verde oliva, el color de los uniformes de los vencedores.

-Muchos de ellos, por su origen familiar, eran clientes de toda la vida. Hasta el Che Guevara fue a comprarse ropa nueva, despertando admiración a su paso.

- El edificio desapareció en un incendio en 1961. ¿Un final de película?

-La tienda fue confiscada y cerrada. Por un tiempo el Gobierno de Fidel Castro utilizó las instalaciones como almacén de suministros. En 1961 un incendio ocasionado por varias bombas lo destruyó y provocó la muerte de la miliciana Fe del Valle, que estaba de guardia. Se habló de acto terrorista patrocinado por la CIA. Toda la manzana se transformó en un parque dedicado a la miliciana fallecida.

- Las grandes firmas vuelven ahora a La Habana. Se abren nuevos hoteles de cinco estrellas, ¿regresará aquel mundo de aparente glamour?

-Muchas cosas están cambiando en Cuba, pero creo que aquella sociedad de los años 40 y 50, con sus connotaciones positivas y negativas, no regresará jamás. El mundo de las clases altas era lujoso, opulento y glamouroso, muy de apariencias y controlado por la mafia. Luego estaba la otra Habana, que era muy humilde. Cuba era un lugar corrupto envuelto en oropeles, una olla a presión.

- Tanto que al final estalló...

-Claro. Aun así, era el país más avanzado de toda Sudamérica, una especie de colonia de Estados Unidos para testar productos que llegaban allí antes que a Nueva York. Precisamente por eso resulta tan fascinante.

- Patricio regresa a España con su mujer cubana. Tiene el corazón roto. Al final los sentimientos mandan en su vida.

-El protagonista me encanta. Patricio es mi ojito derecho. Su vida no es fácil, y sí, vuelve a España con su mujer cubana. ¡Pero no vamos a desvelar el argumento del libro!

- Un libro con toda la pinta de convertirse en guión cinematográfico. Acaba saliéndole la vena...

-Es mi primera novela y reconozco que está escrita con puntos de giro. Me sale la guionista que llevo dentro, quién sabe.

- ¿Esta novela le ha acercado un poco más a Asturias?

-Por supuesto. No tengo relación familiar con Asturias, pero me encanta visitar la región, ver la arquitectura indiana y disfrutar de la comida.

- Espera un bebé, presenta un libro, prepara otro y tiene nuevos proyectos televisivos. No está mal, va lanzada.

-Estoy con todo, sí. Y llena de ilusión.

- ¿Como Patricio cuando llegó a La Habana?

-O incluso más (risas).

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