Un periodista fracasado, una prostituta, un policía informático sin pistola. Son los escarabajos que escupen contra un entorno corrupto y apestoso en su última novela 'Les escopinades dels escarabats', el último ´disparo´ de uno de los reyes del género negro.

-Virus troyanos, desahucios, la Infanta Cristina€ La actualidad transita por la novela. ¿El riesgo no es que caduque pronto?

-Yo diría que no, porque lo que pasa hoy hace mucho que sucede y durará mucho. Mi preocupación se ve cuando un personaje clama que ya no hay doble moral. Ni doble ni una. Nos hemos cargado la moral, dice su periodista Sergi€ Eso es. Ya no hay ni moral ni ética ni nada. El punto de vista está así sobre quienes viven de la prostitución o el narcotrá?co pero sin saberlo, sino con un trabajo decente.

-¿Ve mucho compromiso político como el de Sergi, sin ideas políticas?

-Lo que veo es que, no sé cómo, pero el capitalismo nos ha desarmado. En cambio, la izquierda, esa nebulosa, aún hace manifestaciones, pero controladas, para no entorpecer el trá?co, o huelgas con servicios mínimos. Debería pensar otras maneras.

-Bueno, siempre quedará Gamonal€

-Esa es mi con?anza. Lo que hago es reducir al absurdo esta situación de contradicción que no puede ser eterna.

-El presidente del Gobierno parece servil y humillado en el libro. ¿Es la condición actual de los mandatarios?

-Creo que sí. Por eso un personaje se plantea que no se puede hablar ya de democracia. Las grandes fortunas no se regulan democráticamente. La democracia es una cosa para que se entretengan los ciudadanos.

-¿La solución es cargarse a los políticos?

-No lo sé. Se lo están ganando a pulso. A veces pienso que hay un propósito profundo y que no pueden ser tan burros. Ningún lector se cree hoy a un banquero honrado o un político inteligente.

-¿Cuántos secretos de estado sabrán las putas, como la de su novela?

-Es que esta es la novela de los escarabajos, como el periodista al que todo le sale mal, la puteta€ La pregunta es: ¿hasta dónde llegan los escupitajos de los escarabajos?

-Y el juez que quiere ser juez estrella. ¡Qué lacra, todos quieren salir en televisión?

-¡Y mira que era bueno, tío!, pero todos tenemos un precio.

-Curioso, el juez habla castellano. Maridan bien los dos idiomas en el libro€

-Cuando empecé en los setenta-y-no-sé cuántos, ya tenía idea de que una novela realista tenía que ser bastante bilingüe. Entonces no nos atrevíamos, pero hoy ya lo han hecho algunos muy bien y es como si tuviera el permiso para tirar por ahí.

-¿Cómo escribe tanto? ¿Hacer una novela negra es fácil para usted?

-Nada de eso. Me ha llevado un año. Camilleri publica dos al año, corre más que yo.

-¿Ve series de investigación?

-Las buenas, sí. La última, Homeland, un gran homenaje a Le Carré. Son el cine de hoy. Las películas me dan ahora la impresión de ser cortometrajes.