Cualquier persona, prácticamente, mayor de edad, que goce de un buen estado de salud, puede ser donante en vida y de esa posibilidad se quiere concienciar a pacientes y familiares a través de la campaña "Donar es recibir", porque además, según los especialistas, es "el mejor tratamiento renal sustitutivo".

Así lo han señalado hoy durante la presentación de la campaña los representantes de la Sociedad Española de Nefrología (SEN), la Sociedad Española de Enfermería Nefrológica (SEDEN), la Federación Nacional de Asociaciones, la Sociedad Española de Trasplante (SET) y de la farmacéutica Novartis.

El número de donantes "se ha estancado", según los portavoces de la campaña, y ha aumentado la presión de la lista de espera ya que alrededor de 4.000 personas esperan un trasplante renal, unos 2.000 los reciben y hay otro remanente de otras tantas que no han conseguido ser trasplantadas.

De ahí la importancia de apostar por la opción terapéutica de las donaciones de vivo, que han aumentado un 30 % entre el año 2010 y 2011 y han constituido el 12 por ciento de todos los trasplantes renales, según han señalado Manuel Arias, presidente de la SET, e Ignacio Revuelta Vicente, de la Unidad de Trasplante Renal del Servicio de Nefrologia del Clinic de Barcelona.

No obstante, estas cifras de donaciones de vivos se alejan de las de otros países del norte de Europa o de Estados Unidos, donde ronda el 50 % de los trasplantes renales totales.

Y todo ello aunque España es líder mundial en trasplantes por donantes fallecidos, cuyo perfil ha sufrido un cambio drástico en los últimos años tras las reformas de tráfico y la reducción de la siniestralidad.

Esas medidas hicieron que desapareciera este tipo de donante y surgiera otro, el de un hombre mayor fallecido por un accidente cardiovascular y cuyos órganos tenían una cierta artereoesclerosis, según ha explicado Arias.

Para los paciente más jóvenes se necesitan otro tipo de donantes, de unas características distintas a las de estas personas mayores, y de ahí este tipo de campañas, en las que se insiste en que el trasplante de donante vivo ofrece unos muy buenos resultados.

La esperanza de vida del trasplantado renal, que suele tener una media de unos 65 años, suele ser de 14 años, y cuando fallece lo hace con el riñón funcionando, es decir muere por otra causa debido a la edad.

Este tipo de donación da mayores posibilidades, según Nuria Saval, de Novartis, de que el paciente pueda evitar iniciar la diálisis, de "ahorrársela", y es la opción más factible para realizar un trasplante preventivo.

El donante en vida de parte del riñón suele ser un familiar, la pareja o un amigo, que en un acto de generosidad decide mejorar la calidad de vida de su persona querida, y de ahí el título de la campaña "Donar es recibir" porque el trasplantado gozará tras la intervención de la misma calidad de vida, pero también será feliz al ver los beneficios para el trasplantado.

Las personas que no pueden ser donante en vivo son los menores de edad, quien tenga un condicionamiento económico, social o psicológico o una persona con deficiencia física o mental, que impida dar el consentimiento libremente.