Con el plan de las vías de Avilés y los nuevos accesos al Puerto, la también conocida como Ronda Norte, llevan dando vueltas las administraciones dos décadas.

Al fin algo se mueve en torno a estos dos grandes proyectos de infraestructuras, fundamentales para el desarrollo de Avilés y su comarca y para dotar al fin a la tercera ciudad de Asturias de unos accesos dignos. Las “puertas” de Avilés, entre por la que se entre, sonrojan. Aquellos accesos que se vendieron como provisionales se han vuelto definitivos... al menos hasta ahora. El gobierno local confía en que el estudio informativo sobre el futuro trazado ferroviario esté sobre la mesa antes de que acabe el año (de nuevo con retraso, covid mediante). Y desde la Administración central se ha anunciado que “relativamente pronto” se licitará el estudio para la Ronda Norte.

Pese al tiempo transcurrido, el debate sobre los trazados sigue abierto como una especie de “déjà vu” eterno. No hay más tiempo que perder. Esos estudios deberían ser los últimos. Las promesas ya han dejado de ser creíbles. Si no hay dinero que las sustenten todo seguirá siendo humo.

Esta ciudad no puede perder más trenes. Ahora le toca a Avilés y a su Puerto, al que le han cargado el muerto de resolver otro problema histórico, la búsqueda de arena para las reposiciones prometidas a Salinas, la que hasta ahora no ha conseguido encontrar Costas. Hace falta sentido común y dinero. Porque ya toca.