Los ingenieros industriales José Manuel Sierra y Juan Díaz, y el físico y máster en Mecatrónica, Francisco J. Álvarez, pusieron nombre a su prototipo. Se llama el «Koalabot», una pequeña plataforma robótica que escala postes y columnas, fabricada en aluminio ligero, diseñada para subir cargas de hasta 25 kilos, y a la que se pueden añadir determinados complementos para usos concretos en las alturas. El aparato lo puede manejar una sola persona desde tierra. Se emplearía, por ejemplo, en farolas del alumbrado público, semáforos o postes de teléfono, para labores de mantenimiento o como soporte de señalizaciones o sistemas de vigilancia y control desde las alturas. O para colocación, entre otras muchas posibilidades, de luces de Navidad o cartelería electoral.

José Manuel Sierra encuentra grandes ventajas a la patente: minimiza el impacto en el tráfico en las grandes ciudades. Ahora, las únicas posibilidades de mantenimiento urbano lo son a base de vehículos, grúa y operario en altura. La «plataforma robótica para el ascenso a postes» (así se llama la patente concedida el verano pasado) mejora la seguridad, ya que el que se eleva es artilugio y no el operario.

La patente tiene su origen en los departamentos de construcción e ingeniería de fabricación mecánica y de ingeniería eléctrica, electrónica, computadores y sistemas. De ellos surgió un máster al que asisten alumnos extracomunitarios, y que tiene bien ganada fama: el de Mecatrónica y Micromecatrónica, impartido por la Escuela Politécnica de Ingeniería de Gijón.

El «Koalabot» escala gracias a un sistema de ruedas de goma con especial adherencia, regulable, además. Pesa unos 12 kilos, ha recibido ya diversos premios a la innovación industrial y en estos momentos se está en trámite de protección internacional.