La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

"Una frase que definía a Tarancón era: "Que el adversario esté dentro, con nosotros""

"El gobernador Mateu de Ros me decía: "No se considere usted detenido ni nada, pero tenga cuidado con las cosas que van a hacer otros""

Manuel García Fonseca, "el Polesu", en el paseo de Fomento de Gijón, durante la conversación con LA NUEVA ESPAÑA. Marcos León

Manuel García Fonseca, "el Polesu" (Pola de Siero, 1939), evoca en esta segunda entrega de "Memorias" su trabajo en la JOC y el posterior abandono del sacerdocio, así como su integración en el PC.

Barrio de inmigrantes. "En París viví en una parroquia de los Hijos de la Caridad, un instituto religioso de curas obreros en barrios. Uno era taxista, otro oficinista en una empresa, y así. Además, yo iba a decir misa y a colaborar a otro barrio de inmigrantes, y allí coincidí con Enrique Barón, después político del PSOE, que había estudiado en la Complutense y en el ICADE y estaba haciendo Económicas en París. Barón, Luis Ferreras y otro grupo de estudiantes venían a ese barrio a enseñar francés y a dar charlas a los inmigrantes. A este grupo lo puse en contacto con la USO y con trabajadores que habían sido de la JOC, como Paco Corte, que habían ido a París a un cursillo de sindicalismo con la CFDT, la organización sindical francesa de origen cristiano. Ese barrio al que íbamos como estudiantes inquietos, pero sin adscripción política, era una zona de chabolismo en la que trabajaba el Père Christian y al que llegaban portugueses que huían de la guerra de Angola, atravesando las fronteras a pie y de noche. Estuve en París casi tres años y obtuve el título de Sociología, que luego convalidé en Madrid, y en otros dos o tres años obtuve la licenciatura".

Pasar por Comisaría. "Al volver a Asturias, Fueyo me propuso ser consiliario diocesano de la JOC, a la que yo conocía desde mis años de seminarista. Al Seminario de Oviedo había venido Cardijn, su fundador, y yo conocía a "jocistas" como "Piti" (José Antonio García Casal), Severino Arias y Aida de la Fuente, la mujer de Paco Corte, que era muy valiosa y creo recordar que estuvo propuesta para presidenta internacional de la JOC. Fui consiliario durante cinco años y viví en la Escuela Social de la Iglesia que había creado Pepe Iglesias, Pepe "el comunista". Estaba en la calle Campomanes, en un piso muy grande donde, además de una sala para charlas y clases, podía dormir un grupo de 12 o 14 personas. Allí conviví con Santaeufemia, que falleció hace poco, y con Faustino Iglesias. Aquéllos fueron de los mejores años de mi vida y me parece una cosa lamentable que la Iglesia se desentendiera más tarde de la JOC y de su metodología en tiempo de los obispos Morcillo y Guerra Campos. Es verdad que en algún caso los obispos empezaron a tener unas presiones tremendas por parte del régimen y de los gobernadores civiles, y de la JOC o de la HOAC más de uno pasó por la cárcel o la Comisaría. A mí, en más de una ocasión me llamó el gobernador Mateu de Ros, realmente siniestro y cínico, al menos cuando hablaba. Él me decía: "No se considere usted ni detenido ni nada, pero tenga cuidado con las cosas que van a hacer otros". Se refería a reuniones que teníamos programadas o al Primero de Mayo, en el que celebrábamos asambleas o actos lúdicos. Pero afortunadamente nunca me llamaron a Comisaría y creo que ser cura me libró de ello. No me considero un perseguido".

La batalla dentro. "Tarancón es de las personas más inteligentes y agudas que he conocido. Y utilizaba también la picardía. Una vez que estábamos reunidos por algo de la JOC, me dijo: "Ya que estás aquí aprovecho para decirte algo; no es que tenga importancia para mí, pero ya sabes lo del 'qué dirán'. Usa la sotana", y le repliqué: "Don Vicente, la uso". "Hombre, sí que la usarás, pero no siempre porque alguna vez voy rezando el breviario y levanto un poco la vista y te veo pasar sin ella". Por otro lado, una estrategia que lo definía era decir: "El enemigo, dentro", o el adversario, es decir, que si él formaba un equipo de pastoral o un consejo y le decían que fulano era izquierdoso o cosa parecida, él replicaba: "Razón de más para que esté dentro y no haga batalla fuera"".

Relación con una mujer. "Y con Gabino ya fue mi última etapa de cura. Tuve muchas conversaciones con él y siempre en un tono muy cariñoso. Un día le planteé: "Don Gabino, no tengo ninguna razón para no seguir siendo cura, pero lo que no veo es el celibato". Había tres cosas que un sector de curas decíamos: no a la paga del Estado, es decir, vivir del propio trabajo; no al celibato obligatorio, y tercero, que el compromiso social o político no era incompatible con ser cura. Eso lo vivíamos en la JOC, donde había gente de CNT, USO, CC OO o del PC, es decir, los seglares sí tenían un compromiso social o político. Cuando le dije lo del celibato a don Gabino, él me comentó: "Manolo, yo respeto tu planteamiento pero, desde luego, no lo veo y te pediría que siguieras siendo célibe". Cuando tiempo después empecé a tener relación con Tina, le volví a decir a don Gabino: "Mire, voy a iniciar una relación con una mujer; yo no le pido a usted la secularización; pero si usted la pide, lo entiendo". Y él me dijo lo mismo: "Manolo, te pido de nuevo que lo pienses"".

En el comité central. "Después, unos diez o doce curas empezamos a tener relación con el PC, por mediación de Tini Areces, Ángel León y otros. Al principio íbamos, un poco conscientemente, de idiotas útiles. Yo no me consideraba marxista ni antimarxista, como no soy newtoniano ni antinewtoniano. Pero nos invitaban simplemente para discutir problemas y colaborar en alguna cosa. Y cuando en marzo de 1977 se celebró la primera conferencia regional en Asturias del PC, en Sama de Langreo, nos invitaron y los compañeros curas me dijeron que fuese yo. En esa conferencia me ofrecieron entrar en el comité central y en principio me negué: "Eso supone mucha dificultad para hacer lo que hago como cura, y además no tengo carné". "Pero lo que queremos es justo gente nueva y distinta". Al cabo de unos días les dije que sí. Era la primera vez que se iban a hacer públicos los nombres del comité, para forzar la legalización del PC, que sería en abril de 1977, pero les dije que yo no debía figurar y entonces, cuando dan los nombres, dicen "y un sacerdote".

Secularización. "Pero fue LA NUEVA ESPAÑA la que lo sacó un tiempo después y me enfadé mucho con el autor de la información, José Manuel Vaquero. Pero lo cierto es que un día me había llamado él y le expliqué qué pasaba. Salgo un domingo de casa y me encuentro con Daniel Palacio, el marido de Mapi Felgueroso, y me dice: "¿Viste lo del periódico de hoy? Vaya la que te cae encima". En la última página, en la Crónica Política Regional, Vaquero había titulado, creo recordar: "El Polesu, el PC y la Iglesia". Entonces me llamó don Gabino y, de forma también muy amigable, me dijo: "Mira, Manolo, es que eso ya no es compatible y tengo que pedir tu secularización". "Pídala, don Gabino, lo entiendo". Años después hubo curas que pedían la secularización y Roma no se la tramitaba, pero a mí sí. Más tarde, cuando yo ya me había casado con Tina (e incluso habíamos hecho una celebración con grupos de cristianos), me encuentro con don Gabino en la Casa de Ejercicios de El Bibio (Gijón), y me preguntó: "Manolo, ¿ya te ha llegado la secularización?". "Sí, don Gabino". Con él siempre tuve después una relación realmente cariñosa, aunque él es mucho más que yo en edad y dignidad. Siempre me pareció una persona honesta y buena, y se puede decir que es de izquierda; pero no políticamente hablando, sino porque ha dado relieve a los problemas sociales con una ética cristiana y frente a los que plantean que la sociedad que se rige por el beneficio privado, por la libertad de mercado y por ganar dinero".

Cisma. "En 1978 se celebró la conferencia de Perlora, cuando rompe el PC en Asturias y se van Tini Areces, Herrero Merediz, Riopedre, etcétera. Se puede decir que tuve la suerte de no asistir porque la JOC de emigración me había pedido unas charlas sociales en Alemania. Cuando volvía en el avión, leí los periódicos españoles y veo todo el lío. Fue muy fuerte y muy duro. Yo había ingresado en el partido en parte debido a Tini, y continuaba en él, en parte, por Gerardo Iglesias, que fue el que siempre me propuso para compromisos. No me pareció bien aquella ruptura porque nunca he sido partidario de cismas; ni en la Iglesia, ni el PC. Me parece que hay que trabajar desde dentro. Sentí aquello y apoyé a Gerardo".

Mañana, tercera entrega: Diputado y profesor

Compartir el artículo

stats