“Vamos a necesitar personas creativas con herramientas intelectuales para convivir con una realidad cambiante. Deberíamos enseñar informática en Primaria y Secundaria. No podemos permitirnos que las personas cultas de mañana digan que no saben informática”. Esa es la propuesta que hace Antonio Bahamonde, catedrático de Computación e Inteligencia Artificial de la Universidad de Oviedo y último Premio Nacional de Informática. Reflexiona sobre un fenómeno, el de la digitalización, el más revolucionario de las dos últimas décadas en todo el mundo. La nueva Asturias será, sobre todo, digital. “La digitalización es un fenómeno imparable. Pero el crecimiento es como el de la adolescencia: desigual, con contradicciones, con situaciones que parecen un retroceso y otras que sugieren un avance”, indica Bahamonde. “En estos momentos la digitalización supone un reto para Asturias, como otros de naturaleza estratégica. La llegada de fondos europeos para la recuperación de la economía debería evitar errores cometidos en el pasado, como lo que ocurrió con los llamados fondos mineros. A mi juicio, deberían aprovecharse para construir una digitalización apoyada en infraestructuras sólidas y que disponga de lo esencial: las personas que tienen que hacerla realidad, los ingenieros e ingenieras informáticos”. También, a su juicio, “falta por avanzar en la digitalización de la mayor parte de las empresas. Su competitividad va a depender de ello y, por tanto, la de la economía regional”.

Necesitamos alfabetización digital. “El estado de pandemia, del que parece que estamos saliendo, ha puesto de manifiesto carencias importantes en lo que se refiere a la digitalización. Por un lado, una parte importante de la población, que según la UE podría rondar el 50%, no tiene destrezas digitales básicas. Por otro lado, ha sido, está siendo, muy pobre la implementación de las comunicaciones de la ciudadanía con administraciones y empresas”.