Eulalia Cano, tecnóloga. Licenciada en Dirección y Administración de Empresas y con un posgrado en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) sobre liderazgo en innovación, Eulalia Cano está haciendo una pequeña revolución tecnológica en Colunga, donde imparte clases a los niños del concejo –también lo hace en Villaviciosa– sobre las últimas tecnologías y nuevas formas de pensar el mundo digital que se nos viene encima.

Eulalia Cano Ramón, formada en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), está abriendo la mente de los niños de Colunga a las nuevas tecnologías. Esta barcelonesa que se instaló en el concejo hace dos años imparte los talleres municipales con los que los pequeños del concejo colungués –también desarrolla su actividad en Villaviciosa– se adentran en la revolución tecnológica que tan aceleradamente está cambiando la sociedad actual. Esta es la historia de la pequeña revolución tecnológica de Eulalia y por qué se vino a Colunga a hacerla:

"La pandemia fue muy dura, fue realmente demoledora en Barcelona. La pandemia te pone a prueba y vimos que era el momento de hacer un cambio en nuestras vidas. Ya le teníamos ganas a Asturias, así que decidimos emprender la marcha. Mi marido, mi hijo y yo nos hemos venido de Barcelona. Hace ahora dos años. Estamos viviendo en Loroñe, en la falda del Sueve».

«Mis abuelos son del Bierzo y siempre en verano íbamos allí con mi hijo, nos gusta mucho esa aldea pequeñita que no tiene ni cobertura casi. La vuelta siempre la hacíamos por Asturias, pasábamos una semana desestresando. En Colunga siempre parábamos. Le teníamos muchas ganas a esta zona. Es verdad que en verano todo es fantástico, pero pensábamos: qué lujo puede ser vivir aquí. Para nosotros era algo impensable con nuestros trabajos en Barcelona. Pero, buscando calidad de vida, decidimos venirnos".

"En zonas rurales fundamentalmente desarrolladas en verano manda estacionalidad. Entonces, que venga una familia de fuera a intentar alquilar algo para vivir durante todo el año... A veces no es sencillo de encontrar. Ahora que estoy aquí lo puedo entender, pero cuando llegas de mil kilómetros de distancia y no encuentras vivienda te da como una pataleta. Al final tuvimos la gran suerte de encontrar a alguien que tenía una vivienda vacacional que nos la alquiló durante todo el tiempo. Ahora estamos encantados".

"En Barcelona trabajaba para la Universidad Politécnica de Cataluña. Ellos tienen una fundación que se dedica a transferir el conocimiento y a fomentar las vocaciones. Invierten tiempo y recursos económicos y materiales para acercar las nuevas tecnologías a la ciudadanía en general, a la educación y también como forma de desarrollo local, como semilla emprendedora en el territorio".

Eulalia Cano, con algunos de sus alumnos de Colunga. Julián Rus

"Es un proyecto que trasciende mucho, es muy tractor, transversal, y engancha por lo innovador. Esos espacios, laboratorios de creación en nuevas tecnologías, están dotados de recursos como máquinas de impresión en 3D, escáner de impresión en 3D, máquinas de corte láser… Son recursos que podría tener una fábrica y que se ponen al alcance de la ciudadanía, del sector educativo, para que desarrollen sus proyectos. Son incubadoras de productos tecnológicos. Este proyecto es replicable en cualquier lado, y en Asturias también".

"Así que me encabezoné totalmente en traer a los niños y niñas de la zona rural esa innovación pura de la ‘city’. No hace falta que los niños de Colunga tengan que vivir en Madrid o Barcelona para acceder a estas cosas, ellos pueden también nutrirse y empoderarse de la misma manera que un niño con los recursos de la ciudad. Ese es el gran objetivo. Está muy claro que la zona rural asturiana se ha de regenerar. Aquí hay niños que me dicen: ‘Yo no me voy a mover de aquí’. Y yo les pongo sesiones del MIT y les cuento que en tal colegio público de Toronto están haciendo determinado proyecto. Les doy esa visión para que también les entren esas ganas de conocer más".

"Asturias también tiene que transicionar al mundo digital. A todos los políticos se les llena la boca diciéndolo, pero hay que actuar, hay que empezar a empoderar a una sociedad desde la cuna, desde las bases educativas. Hay que cambiar un modelo educativo que, con toda humildad, está un poquito anticuado. Hay que darles muchos más recursos y que ellos puedan invertir su tiempo y sus ganas. Que un crío o una persona adulta conozca esas nuevas tecnologías también hace que se generen nuevas formas de trabajar y de crear. Imagínate un espacio donde se explica cómo funcionan las diferentes tecnologías por proyectos, con metodologías innovadoras en ‘aprender haciendo’ y con el tecnólogo, que es la figura que les facilita, que les acompaña. A grandes rasgos, sería este el objetivo que tenemos. Si tienes un espacio en el que tú puedes mover o dinamizar, al final generas que se venga todo tipo de usuario. Te puede venir una familia a aprender sobre tecnología o te puede venir un artista a prototipar su próxima exposición".

"Intentamos empoderar a los niños y niñas para que ellos puedan ser también líderes de su propia formación. En Barcelona hay escuelas que se encargan de hacer esto. Escuelas donde ayudan a encontrar tu vocación, en lo que tú eres bueno, y a partir de ahí te van formando y te van educando. Han implantado en horario lectivo esa manera de trabajar y de hacerte sentir que uno es capaz y de que es posible. Todo ese trabajo de empoderamiento genera una ciudadanía un poco más emprendedora y más dinámica".

"Nos hace falta incidir en las habilidades tecnológicas. Cuando hablamos de digitalizar no es montar una web, que también. Digitalizar es adquirir otro tipo de mentalidad. Esa otra mentalidad te va a hacer que tú quieras saber más de más cosas. Por ejemplo, de tecnología. Pero de tecnología no desde el punto de vista de pantallas, videojuegos o redes sociales. De eso los niños y jóvenes ya hacen carreras en sus casas. Mi hermana vive en Estados Unidos y cuando le pregunto dónde están mis sobrinos me dice: ‘Están ocupados en la universidad de Tik-Tok’. Eso ya lo saben hacer. Lo que no saben es por qué se enciende o se apaga un semáforo y no se paran a pensarlo. Pero esto es lo importante. Por qué se abre o se cierra una puerta, o por qué el sensor de nuestro coche aparca solo, por qué estamos trabajando con drones, con coches autónomos. Cómo funciona todo esto. ¿Por qué y cómo los robots nos van a ayudar tanto? Comprender la tecnología para poder luego aliarnos con ella o para poder tener un recurso en nuestra comunidad. Comprender cómo funciona el robot para poder utilizarlo en la fábrica. Ese es el verdadero mensaje. Ahí es donde hay que trabajar la digitalización. Es importante la comprensión de la tecnología y de lo que nos está viniendo tecnológicamente, porque es muy potente".