Yonander García, percebero y empresario de turismo activo con su empresa Ouka Adventure School. Para complementar sus ingresos como percebero, este pequeño empresario de La Caridad, de 38 años, se abre camino en el sector del turismo activo con una escuela de aventura en la que enseña surf y piragüismo y hace rutas guiadas por el que está considerado el tramo de costa mejor conservado de España, según estudios de Greenpeace.  

"Me llamo Yonander García, nací en Oviedo, pero me crié en La Caridad. Este mes de julio hice 38 años. Empecé a cursar los estudios básicos y luego me formé en medio ambiente en Tineo, soy Técnico en Gestión y Organización de los Recursos Naturales y Paisajísticos. Estuve opositando a guarda de Medio Ambiente, pero no lo conseguí; empecé a buscar resoluciones y dimos con una de Pesca que ofertaba la plaza del percebe, de marisqueo, y nos dimos cuenta de que ahí había salida laboral para este tipo de gente así como yo, con este espíritu así un poco del medio ambiente, de trabajar al aire libre, de sostenibilidad y tal. Y empecé con ello en el año 2011".

"Mi padre trabajó en la Reny Picot toda la vida. Mi abuelo fue de todo, ganadero, minero, carpintero, anduvo por todos los gremios. Soy el primero de la familia que sale al mar. Al vivir en ese pueblo que tiene el puerto de Viavélez, que tiene las playas, pues era como que en la zona donde yo jugaba de pequeño me ofrecían un trabajo, ¿entiendes?".

"Empece a tratar con perceberos, a ver la vida que tenían. Me dije: ‘Estos viven como reyes; es complicado y tal pero vamos a intentarlo’. Y me metí capeando contra viento y marea, porque la familia no quería, ya sabes. Por la peligrosidad. Es durillo el trabajo. Son muy pocas horas y es muy satisfactorio, pero hay que valer. No es apto para todos los públicos, te la juegas, hay mucha incertidumbre, no sabes si vas a pescar. Son tres horas pescando, pero claro son tres horas muy intensas, donde bajas acantilados, nadas hasta piedras aisladas, estás expuesto a la mar. Hay días que la mar está como un pantano pero otros días hay oleaje. Tienes que saber trabajar, tienes que saber meterte en zonas de abrigo, tener mucha vista, mucho oído. Y, bueno, es un trabajo arriesgado".

"A ver, es un estilo de vida, digamos. No es un oficio. Esto de ser percebero te tiene que gustar porque, si no, mucha gente que lo intenta lo deja Algunos incluso se llegan a mancar. De momento a mí no me pasó nada y llevo once años. Cuando ves a la gente que lleva esta vida te parece que son todo flores pero, bueno, tiene sus penurias. Ya te digo, bajar a un acantilado a las 6 de la mañana para cuando amanece empezar a pescar y luego pillar el cupo así con velocidad para que, en una hora y media tenerlos fuera, porque te sube la marea, es un poco estresante ¿sabes? Luego, claro, las 12 estás en casa, pero...".

"Desde niño, por la zona de campeo que yo tenía, que era la playa de Pormenande, los veía trabajar durante el invierno. Donde estaban ellos pescando yo llegué muchas veces y me decía yo: ‘Esto es sencillo, mí no se me va a dar muy mal este oficio. Tanto fue que el primer día que me puse a trabajar ya gané 200 euros. ¿Sabes? Joder, 200 euros en un día con tres horas, en cinco días son mil euros. Y me dije: ‘Esto por muy arriesgado que sea, se vive muy bien’. Yo ahora estoy bien, pero con los años y la edad se va complicar. Ahora este año nos subieron el coeficiente reductor. Espero que con los años nos lo sigan subiendo, porque, bueno, haremos más presión desde Galicia y desde aquí, desde el Principado, y esperemos que, oye, nos dejen jubilarnos con 55, con 56 años, aunque sea".

"Como estaba aquí en este entorno y lo que a mí me gusta es la sostenibilidad, el medio ambiente, estar en la playa, pues dije yo: ‘Voy a montar algo’. No quería embarcar en un barco, porque el sistema de trabajo que hay es en plan más industrial, no quería ser marinero y, bueno, porque donde manda patrón no manda marinero. No me gustaban las condiciones del embarque, digamos. Entonces, como tenía formación en cursos de medio ambiente y me di cuenta de que a través de las titulaciones podía acceder a montar un negocio de este tipo, me saqué los cursos de técnico deportivo cursos en las diferentes disciplinas. Monté una escuela de aventura. Es una escuela con guía de naturaleza, escuela de surf y escuela de piragüismo. Yo soy profesor de piragüismo y en surf y también soy guía de la naturaleza titulado y autorizado por el Principado".

"Tú al meterte conmigo en el entorno éste yo te sumerjo en una aventura. Cuando acaba, la gente sale sorprendida de todo lo que aprendieron. Yo les hablo de nombres científicos, de las especies vegetales, de las especies acuáticas, forestales, los saco de la mar y subo los acantilados con ellos por zonas siempre transitables desde playa, subimos a miradores, les informo un poco del castro de Cabo Blanco, les hablo de etnografía… La gente se lleva un producto, a mi entender, excelente. Solo hay que ver las reseñas y comentarios que tengo en la página. Hay gente que se emociona. Me dicen: ‘Tío, increíble esto que nos acabas de montar aquí, no me lo esperaba’".

"También hago el Camino de Santiago en kayak, que no es más que embarcar en el puerto de Viavélez, allí tengo un punto de encuentro donde quedo con ellos a primera hora del día. Nos equipamos, hacemos un cursillo teórico-práctico rápido y nos echamos a la mar. Luego navegamos en dirección oeste hasta la playa de Porcía. Lo que te digo, parando en calas, entramos en cuevas, les vas contando todo esto de la escuela de medio ambiente que te contaba, llegamos a la playa de Porcía y les digo: hicisteis la primera etapa del Camino de Santiago en kayak de mar desde La Caridad a Porcía".

"Aquí está la costa más bonita de toda la Península Ibérica, seguro ya te lo digo. Ni en Tenerife, ni en la Rías Bajas. Yo tengo andado por Portugal, Valencia no te digo nada, Fuengirola… y esto es un paraíso. Lo que pasa es que no se puede navegar todos los días en un kayak por el tema de las condiciones meteorológicas. La gente sale maravillada, lo que pasa es que no puedo ofertarlas diariamente en el mar. Pero cuando hacen el tramo de costa ahí ves la calidad del producto".

"El tramo este de La Caridad a hasta el Eo parece Irlanda. Con la Ley de Costas esta que tenemos, que no se permite la edificación a menos de 500 metros, tú ves la costa y no ves edificaciones, solo los núcleos de población. Ves Viavélez, Tapia, pero nada más… No es la costa de Levante, que vas viendo todo el rato edificaciones. Aquí vas tú solo, el kayak y el monitor. Si está la mar sin viento y sin nada, ahí les digo que se queden callados por unos minutos y ahí es donde ellos ven que no hay ruidos; estás solo oyendo el traqueteo del mar en el kayak, igual alguna gaviota, algún pájaro, pero es una sensación de relajación total. Es súper zen. Estas rutas son una maravilla".