Hay que contar cómo es hoy la industria y así captar mujeres

"Quizá las chicas tengan una imagen equivocada de este sector"

ASTURIANOS EN GIJÓN: Carmen Charterina

Julián Rus

Eduardo Lagar

Eduardo Lagar

Carmen Charterina, empresaria. Encabeza la empresa Juntas Industriales y Navales, ubicada en el polígono de Somonte. Se formó como filóloga especialista en alemán, pero el repentino fallecimiento de su padre, con 48 años, fundador de la compañía, la llevó a ponerse al frente junto a sus dos hermanos.

"Mi padre, Jesús Charterina, era vasco, de Bilbao. Había venido a estudiar a Gijón a la Universidad Laboral, donde la formación estaba enfocada a la industria. Se enamoró de Asturias. En Bilbao conoció a mi madre, Carmen, una segoviana que había ido a trabajar al País Vasco. Se casan y deciden venir a vivir a Gijón. Me trajeron con un año y pico de edad. Tengo dos hermanos menores más, nos criamos todos aquí, en Gijón. Primero vivimos por la zona de Magnus Blikstad y luego en Begoña".

"Mi padre había trabajado en una fábrica de válvulas en Burgos y supongo que él vio posibilidades en Asturias para toda la empresa auxiliar que iba a necesitar la acería. Montó la empresa en Gijón en 1972. Su padre había tenido también un taller de construcciones metálicas en Bilbao, así que cultura empresarial sí que tenía".

"Cuando yo tenía 23 años falleció mi padre, en el año 1993. Yo había estudiado Filología Alemana en Salamanca y me había ido a vivir a Alemania. Trabajaba por entonces en la feria de Colonia, acompañaba a empresas españolas que iban a la feria y que no hablaban alemán. Estuve un año, hasta que fallece mi padre. Entonces, por ser la mayor de los hermanos, mi madre me dice que si me vuelvo a Gijón a llevar la empresa, donde ya estaba uno de mis hermanos, Josu, en producción. Luego se incorporó también mi hermano pequeño, Íñigo, que de aquella tenía 16 años".

"Fue un cambio, una inmersión total. De prácticamente no saber nada de la empresa a tener que aprender todo. Lo de mi padre fue una muerte súbita. Tenía 48 años. Si hubiese fallecido de mayor, igual hubiésemos preparado la continuidad de la empresa, pero al ser él tan joven tampoco eso se había dado. Así que me metí en este mundo de la fabricación de juntas industriales, a aprender de materiales y de procesos, y de todo. Afortunadamente, conté con mucha ayuda de los amigos, de los clientes, de proveedores, de todo el mundo. Sí, sí, fueron tiempos muy duros. Además, comencé en plena crisis económica que había en aquella época, que se sumaba a la crisis personal que teníamos nosotros".

"Nosotros fabricamos juntas industriales. Te explico: para juntar dos partes metálicas –una tubería, por ejemplo–, por donde pasa un fluido o un gas tiene que haber una parte blanda, para que realice la estanqueidad y no haya una fuga. En cualquier maquinaria hay juntas, así que hay mil variedades de ellas y en todo tipo de materiales, lo cual nos obliga a tener un stock muy grande para poder dar un servicio flexible y rápido a nuestros clientes. Y no solo se trata de fabricar, que lo fabricamos todo aquí, en el polígono de Somonte, en Gijón, nosotros nos preocupamos mucho de asesorar al cliente y de estar cerca de él".

"Todo cambió mucho. Cuando yo empecé, en el 1993, en aquella época había fax en las empresas, fíjate. Pero poco antes había que esperar a que llegase el plano por correo. Luego tenías que hacer un troquel, que igual se tardaba una semana. Luego el transporte, el material... Todo era totalmente mucho más laborioso. Hoy nos mandan el dibujo por email, lo pasamos a la máquina, la máquina corta sola exactamente, y en una hora pueden estar las juntas listas para el cliente".

"Nosotros nos enfocamos siempre a la fabricación especial, bajo plano. Sí, alta costura, digamos. Y además hace ya diez años que sacamos una patente que es una junta de grafito y teflón, que está diseñada para evitar las emisiones de gas a la atmósfera y preservar el medio ambiente".

"En el sector del metal en Asturias tenemos a las empresas tractoras, tenemos la empresa auxiliar, tenemos al personal supercualificado que sale, por ejemplo, de la Escuela Politécnica de Gijón. Con estos mimbres creo que se pueden hacer muchos cestos, ¿no? El sector representa el 11% del PIB en la región. Sin embargo, uno de los problemas que veo es que parece que la industria no resulta un sector atractivo para la gente que quiere emprender, igual se van más a la salud o al turismo o a otros sectores. Y lo mismo para encontrar a gente que quiera formarse para trabajar en la industria".

"La FP parece que no resulta atractiva. Nos empeñamos todos en ir a la Universidad y luego no hay para llevar una planta industrial. Nosotros somos una empresa pequeña, pero, cuando hablas con la gente que tienen las grandes empresas en el sector, siempre los oyes quejarse de la falta de personal cualificado. Desde Femetal ya se está haciendo, pero hay que trasladar a quienes hacen la orientación a los alumnos porque quizás exista una imagen muy antigua de lo que es la industria, que no se conoce tanto la industria actual".

"Y más en el caso de las mujeres. A la hora de hacer una FP, una chica seguro que ve mucho más atractivo el sector sanitario o el turismo que la industria... Porque igual están pensando que la industria solo va a ser manejar una grúa o maquinaria pesada o soldar. Y no se dan cuenta de que ahora mismo el trabajo de planta que le va a corresponder es manejar una máquina que es exactamente igual que un ordenador, no es tan penoso como la imagen que tenemos de antes. O va a ser un control de calidad o una tarea de organización en plantas. Igual tienen la imagen de cargar con materiales pesados, de trabajo que desgasta mucho a nivel físico. Igual lo ven más duro que otros, cuando es que hay todo tipo de labores. Y, además, la industria está bien pagada. Y hay flexibilidad de horarios. Creo que ahora, si lo miras, el turismo o la hostelería seguro que es mucho más duro. Y aquí la mayoría de las empresas trabajan de 8 a 3. No tienes que ir por la mañana y por la tarde, o los fines de semana, como en el comercio".

"Ese trabajo de difusión se tiene que hacer en los centros de formación, los colegios, los institutos, escuelas de Formación Profesional, Universidad... Estar más en contacto con los empresarios, con las empresas, con Femetal, por ejemplo, para que se pueda transmitir la realidad de una forma más clara. Hace falta más cultura industrial, o sea, que sepan exactamente toda la variedad de trabajos que hay dentro de la industria".