Los suecos Linn y Anders tienen "la vida perfecta" en Boiro

"Aquí sube el panadero cinco veces a la semana, y vienen con frutas y con otros productos… Eso en Suecia no lo hay, no existe"

ASTURIANOS EN IBIAS: Linn Liljedahl Johansson y Anders Johansson

Julián Rus

Eduardo Lagar

Eduardo Lagar

Linn Liljedahl Johansson y Anders Johansson, teletrabajadores llegados de Suecia. Linn, de 43 años, y su marido, Anders, llevan desde 2020 en el pueblo ibiense de Boiro, a siete kilómetros de la capital, San Antolín. Teletrabajan para una multinacional tecnológica.

«Soy sueca y, junto con mi marido, vivo y teletrabajo en el pueblo de Boiro, a siete kilómetros de San Antolín de Ibias. ¿Cómo acabamos viviendo en Ibias? Pues la verdad es que fue una decisión bastante rara. Vivíamos en el norte de Suecia y empezamos a teletrabajar, así que nos dio por dar una vuelta por España con una caravana. Pero dos personas adultas trabajando en una caravana para nosotros no era bueno. Así que nos vinimos al norte de España, miramos una página inmobiliaria y encontramos una casa en Ibias, la alquilamos tres meses y ya han pasado varios años aquí. Así de sencillo. Yo antes no sabía nada de Asturias, nada de Ibias».

«Pero si conocía España porque había vivido en Torrevieja cuando era pequeña. Hice toda la EGB en Torrevieja. Estuve desde los cinco hasta los quince años porque, en la época de los ochenta y noventa, cuando los suecos venían a la Costa Blanca, mis padres abrieron un restaurante y una tienda sueca en Torrevieja».

«Mis padres ahora están en Suecia, volvieron a finales de los años 90. Así que con 15 años volví a Suecia para hacer el instituto. Luego viví y estudié en Colombia y luego en la India. Estudié Ciencias Políticas y, tanto Ander, mi marido, como yo estuvimos en la India para hacer prácticas profesionales y también hacer nuestras tesis. Yo la hice sobre ecoturismo en la India».

«Nuestro primer trabajo fue en el norte de Suecia para un ayuntamiento. Trabajaba en el departamento social. Pero dos años en el norte de Suecia, donde hace entre 20 y 30 grados bajo cero, donde en noviembre se para el sol y no vuelve hasta la primavera, dos años ahí, ya no aguantamos mucho más. Además, yo tenía ganas de volver a España. Vinimos al norte de España es más verde y tiene un clima más tolerable que en el sur. Para nosotros éste es un clima perfecto, no hay ningún extremo. Además, que nos gusta mucho estar en la naturaleza hacer senderismo…»

«En 2019 nos vinimos para España y a Ibias llegamos en 2020. Y empezamos a teletrabajar desde aquí. Nos dimos de alta como autónomos aquí. Yo trabajaba entonces como redactora de contenidos web y mi marido como programador. Nos habíamos traído clientes que teníamos en Suecia. Ahora nos ha contratado una multinacional de comercio electrónico, para la que trabajamos haciendo soporte técnico».

«Para mí es muy importante poder teletrabajar y así poder vivir donde yo quiera. Siempre que haya cobertura puedes trabajar desde cualquier sitio y la verdad es que en este pueblo, aunque está en la montaña, hay plena cobertura».

«Nosotros somos de pueblo, así que buscábamos una casa en el pueblo. No queríamos una ciudad. Sobre todo después de haber vivido en Nueva Delhi (risas). Nos encontramos con esta casa en Boiro. Nos dijeron que había supermercado en San Antolín, un restaurante, las cosas necesarias para vivir, y con eso para nosotros es suficiente».

«Yo puedo decir que para mi ésta es la vida perfecta. Nunca he estado tan a gusto en ningún lugar del mundo como aquí. Vengo de una familia que está acostumbrada a vivir por el mundo y yo he viajado mucho, igual que mi marido, que estuvo viajando y trabajando en los Estados Unidos, en Noruega, en Dinamarca; ha viajado por toda América del Sur y África del Sur. Pero para él, como para mí, Boiro es lo mejor»

«Esta es la vida perfecta. Lo primero, por la gente. Es muy acogedora. La gente de aquí me encanta. Desde el primer día que vinimos nos hemos sentido muy bienbienvenidos. Tienes el paisaje, los bosques, las montañas, el río, tienes de todo. Y la gastronomía también. Tenemos el hotel de Cecos (El Tixileiro), el bar restaurante Hermanos Leiguarda, la tienda Eiroa, que vende productos que son de aquí... Desde luego, no tenemos la sensación de vivir lejos. Para que te hagas un poco de contexto yo soy de una isla de Suecia (Tjurkö, al sureste del país) en la que viven noventa personas y entonces para mí esto no es alejado. En cuarenta y cinco minutos estás en Cangas del Narcea, que es grande».

«Claro, no se puede repoblar toda la Asturias rural con gente que teletrabaja. Se necesitan también por otras profesiones, en los monte, ganaderos... hay que tener un equilibrio. Pero sí hay que dar facilidad a la gente para que venga a teletrabajar. Y ahí la cobertura es un problema en muchos lugares. Mejorando la conexión se podrían atraer a teletrabajadores . Porque la calidad de vida que hay aquí es muy estupenda. Por la gente, por el entorno, por el aire fresco y por la naturaleza. Y también por los servicios. Mira, yo vivo en Boiro y sube el panadero cinco veces a la semana, y vienen con frutas y con otros productos… Eso en Suecia no lo hay, no existe. Si vives fuera del centro, te apañas y te vas al supermercado, aunque sea a 300 km. Nadie que lo va a traer a casa. Eso es calidad de vida también».