Guillermo Sordo, hostelero llanisco de 37 años, pasa por ser uno de los personajes más populares y queridos de Llanes, digno heredero de su padre, del mismo nombre y apellido, que fuera muchos años presidente del bando de San Roque y gran bailador de pericote.

-Varias personas me han dicho que usted es el tipo más popular de Llanes con diferencia.

-Esi era mi padre, que se llamaba igual que yo, algo heredé. Teníamos una zapatería en la plaza Ramón Sobrino, era una zapatería que se llamaba La Sirena. Decían que una mañana de tertulia en La Sirena valía más que un máster en la universidad. La zapatería de mi padre empezó en Cuba porque mi abuelo emigró a Cuba, montó allí una zapatería y después ya vino pacá y la montó aquí. Yo ahora tengo con otros dos socios un restaurante en la calle Manuel Cué, se llama Mar y Más. Lo abrimos el 2 de julio de 2020, en plena pandemia. Teníamos pensado abrir en Semana Santa de ese año y se nos presentó la movida.

Guillermo Sordo tiene 37 años. En los dos mil, empezó a trabajar en los pubs de Llanes con 18 años, estuvo de comercial de telefonía, luego volvió a la hostelería, pero ya como empresario. Ahora tiene el Mar y Más y otro, estival, en la playa de Poo. Se quedó en Llanes.

“Estuve a punto de irme a México una vez. Me habíen ofrecido una cosa allí.  Tenía una prima que trabajaba en la Televisión Azteca, en México, y como estoy en la comisión de fiestas de San Roque y organizo el encuentro de gaiteros en el Sablón ella vino un año, me vio hacer todo aquello y me dijo: uno como tú necesito yo en la televisión. Estuve mirando, pero al final tampoco estaba mal aquí. Pa eses coses hay que tener muchos cojones y no los tuve. Muchos amigos míos marcharon de Llanes. Llanes tiene una peculiaridad: o te dedicas al comercio o la hostelería o, si no, tienes que marchar, evidentemente. Cualquiera que estudie medianamente algo aquí no hay puestos de trabajo para ellos”.

“Llanes cambió de varias formas distintas. Cuando yo empecé a poner copas, la noche era una locura de la gente que había. Y eso que ya me tocaron los últimos coletazos. Todos los noventa fueron una locura y a mí me tocó principios del dos mil, para que te hagas una idea. Había seis campings en los alrededores y ahora sólo queda uno. ¿Y qué potencial de gente tienes en los campings? Gente más joven. Creo que va todo ligado a eso. Así que cerraron los campings y eso evolucionó: bajó la noche y subió el día. Ahora hay muchos más restaurantes y muchas más sidrerías que en aquella época. Vinaterías y tal. En la plaza de Parres Sobrino, para que te hagas una idea, había un local de hostelería, que era el Cuera. Hoy hay seis”.

“Y luego se abre la autovía. Y, claro, tener a los vascos a hora y media, que vienen todos los fines de semana y que tienen segunda residencia aquí, se nota mucho. Lo primero que necesitas es el tiempo, que te acompañe. Y lo segundo buena comunicación, con el País Vasco, con Castilla… Ahora, con los nuevos tramos de autovía, viene la gente de Valladolid, de Palencia y tardan dos horitas. Ese es un mercado nuevo para nosotros. Antes no se planteaba, pero ahora… Con eso ahora los fines de semana hay gente. Yo, a mitad de febrero, en el fin de semana, tuve el restaurante lleno. Cada vez que preguntan cómo desestacionalizar el turismo, qué se puede hacer, yo tengo claro que una de las cosas es una buena comunicación. No te digo nada si viniera el AVE a Cantabria o a Asturias y nos tocara cerca”.

Guillermo Sordo Julián Rus

“A los vascos les da igual que haya sol o no, ellos vienen porque tienen aquí una segunda residencia. También hay gente con segunda residencia de Oviedo o de Gijón, pero el nivel de vida de los que vienen aquí es como tú si estás en tu casa: que sales un día. Pues los vascos no traen compra, comen y cenan fuera todos los días. Se nota la diferencia. Su nivel de vida es más grande. Los números están ahí. Su nivel de vida es más altu que el nuestru”.

“Todo lo que sea traer gente a Llanes, bienvenido sea. Yo siempre digo una cosa muy clara: el típico que se queja diciendo de que esto se está masificando en agosto y yo le digo si quiere que vivamos del aire. ¿Está masificado en agosto? Pues sí. Si no, no seríamos un sitio de turismo. Es imposible en este país tener una naturaleza como la que tenemos en este concejo y que luego no tengamos turismo. Si es un sitio guapo pues al final gente va a tener”.

“Asegurado no hay nada nunca, pero nosotros en Llanes tenemos una cosa que es la naturaleza. Eso no nos lo va a quitar nadie. Llanes tiene 30 playas, tiene la Sierra del Cuera aquí pegada, los Picos están a 35 minutos. Tienes todo muy centrado. En una hora estás en una ciudad, en Gijón o en Oviedo. Es un sitio maravilloso para poder ir a cualquier sitio”.

“El principal hándicap que tenemos es que hay tanto turismo que después encima no hay casa para alquilar para los que quieran venir aquí todo el año a vivir o a trabajar. Muchísimas viviendas se hicieron vacacionales y ahora mismo en Llanes es difícil encontrar una casa para alquilar todo el año. No la encuentras. Te la alquilan hasta junio. Los profesores encuentran casa porque vienen y en julio se van. Ese es el mayor hándicap que tenemos, la vivienda. Y eso lo sufrimos los de la hostelería. Tenemos problemas para que la gente que contratamos encuentre sitio. Tú encuentras un camarero que tiene que venir desde Oviedo y te dice: es que no tengo dónde quedarme. Y en verano más todavía”.