Lo que pasaría si Mieres siguiera el camín de La Corredoria

Esteban Fernández Vázquez, catedrático de Economía Aplicada. Nació hace 48 años en el barrio mierense de Requejo y vive en Mieres. Es, además, investigador de RegioLab, el laboratorio de análisis territorial de la Universidad de Oviedo. En broma dice que su vocación es la de "ser polemista"

ASTURIANOS EN MIERES: Esteban Fernández

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Eduardo Lagar

Eduardo Lagar

"Yo creo que Mieres hoy es una ciudad dormitorio. Más de la mitad de la población mierense no trabaja en Mieres. Y si, en vez de tomar toda la población, tomamos solo aquellos que tienen estudios universitarios, eso se va al 70%. Eso quiere decir que toda la actividad que te queda, básicamente, son los servicios llamados de bajo conocimiento, de baja tecnología. No quiero que suene despectivo, pero, para que se me entienda, todo lo que tiene que ver con hostelería, comercio y servicios de bajo valor añadido. Los profesionales con ocupaciones de mayor generación de valor añadido ya no desarrollan su actividad ahí".

"Eso no es malo ‘per se’, aunque muchas veces se vea como algo que te condena. No tiene por qué ser malo que Mieres sea una ciudad dormitorio. Pero es una ciudad dormitorio que no tiene las mismas características que muchas zonas residenciales en otras áreas metropolitanas, que se caracterizan por dar lo que la literatura anglosajona de economía urbana llama ‘amenities’. Amenidades, comodidades, cosas buenas que hacen atractivo vivir ahí".

El carbón es la posición

"El problema está en que se piensa que la única meta posible es replicar lo que ocurría hace 40 o 50 años. Y eso no va a ocurrir. Mieres tuvo una ventaja comparativa que es disponer de un recurso natural que era valioso. Y ahora mismo ya no lo es. ¿Ahora cuál es su principal recurso natural, según mi punto de vista? Su posición geográfica, donde hace de puente entre la gran metrópoli de Asturias, que es Oviedo, y la entrada por el Sur. Ahí tiene ventajas. Esas ventajas pueden ser en términos residenciales. También tiene una posición muy buena, por ejemplo, para un centro logístico. Pero, desde luego, algo que integre Mieres en el gran ámbito metropolitano del centro de Asturias".

"Funcionalmente ya lo está, atendiendo estas cifras de movimiento de trabajadores. Pero el siguiente paso, y es un paso difícil de dar, y algo que va a ser determinante, es que se perciba como una ciudad que tiene cosas interesantes que ofrecer para los residentes, las ‘amenities’. Y ahora eso no ocurre. O ocurre muy marginalmente en áreas como la programación cultural".

"Además, hay una sensación de estigma. Yo vivo en Mieres. Si me preguntan en Oviedo dónde vivo y digo La Florida o La Corredoria, nadie me vuelve a preguntar. Pero si yo digo Mieres, lo siguiente es ‘¿por qué?’ Eso es revelador y triste".

"Creo que el camino a seguir tiene que ver con una labor de las instituciones públicas que incentive las decisiones privadas. Y, sobre todo, creo que tiene que ver con el mercado inmobiliario. El de Mieres estaba absolutamente viciado. Inflado por rentas artificiales que no tenían que ver con la actividad económica o con la pujanza del edificio. Esas rentas (las prejubilaciones) estaban manteniendo artificialmente altos los precios y al mismo nivel de zonas de Oviedo. Tanto el alquiler como la compra. Mi intuición, que ya se ha empezado a producir, es que va a haber un ajuste brutal en ese aspecto. Una caída diferencial. Estoy pensando como economista: es decir, no me importa que caigan los precios en términos absolutos como que caigan respecto a dónde. Y ahora que parece que nos encaminamos hacia una nueva burbuja en el precio de la vivienda creo que habrá zonas de Asturias donde crezcan menos los precios y Mieres, en general, va a ser una de ellas. Ese diferencial se va a ensanchar. Y ese puede ser uno de los factores para fijar o atraer población si lo acompañas de la labor de las instituciones públicas. Si lo conjugas con oportunidades para familias jóvenes, con calles más limpias, con seguridad, con colegios que ofrezcan servicios de conciliación, eso puede funcionar. Es que –y esto puede parecer de ciencia ficción– muchos de los colegios de Mieres empezaron a ofrecer servicios de comedor hace sólo 7 u 8 años atrás. El camino de Mieres, y decirlo así va ser un poco drástico –o el titular de esta entrevista–, es convertirse en La Corredoria. ¿Y qué? No creo que eso sea un problema".

El secreto minero de Fátima

"Aquí todo fue encaminado, en primer lugar, a tratar de sostener la actividad minera y a tratar de sostener las rentas. Eso fue un lubricante social, un colchón social, pero tiene que ser algo transitorio. No estoy diciendo que tuviésemos que haber ido al modelo británico y, al día siguiente, todo el mundo a la calle. Hubo incluso buenas ideas que se implementaron de una manera desastrosa. Por ejemplo, dar becas para que los estudiantes se formasen en inglés. Pero no sé si sabes cómo se concretó: fue repartir un dinero de manera absolutamente arbitraria sin un tipo de control público y que ha tenido cero impacto. Básicamente, lo que hicieron fue pagar vacaciones a esos chavales por ahí. Y se dieron cosas muy paradójicas, como llevar a gente a aprender inglés a Miami. Es como llevarlos a Pola de Lena, pero cien veces es más caro".

"Es decir, los objetivos que se plantearon en muchos casos no fueron los correctos y, a veces, siendo los correctos, la gestión del modelo de implementación fue absolutamente desastroso. Y sin ningún tipo de control o evaluación de políticas públicas. Ahora estaba intentando hacer un trabajo con un estudiante de máster para evaluar el impacto de los fondos mineros y encontrar los datos de en qué se gastaron, en qué partidas, en qué años, en qué municipios… Es una labor titánica. Eso está protegido como los secretos de Fátima. Debería ser entrar en un sitio a golpe de clic y consultarlos. Las estrategias que se implementaron en toda la Cuenca, y en particular en Mieres, para abordar ese tipo de reconversión sospecho que en pocos años se estudiarán en las escuelas de economía como un ejemplo de malas prácticas".

"Un ejemplo. Cuando el Indurot se trasladó de Oviedo al campus de Mieres, me contaban que estaban desempaquetando cosas y fue Villa a supervisar allí. A decirles: mirar lo que tenéis aquí. Es una cosa que en aquella época se percibía como absolutamente normal. Como si fuera… Tampoco quiero decir cosas que suenen muy mal, pero suena como ‘El Padrino’ repartiendo favores. Porque cuando funciona la mafia es cuando el Estado no funciona bien. Esa labor que debería haberse supervisado por las autoridades que tenían la legitimidad política y democrática para hacerlo se subcontrató hacia unos actores políticos que, desde mi punto de vista, no estaban ni legitimados, ni capacitados".

Portugueses y argentinos

"Lo que ahora vivimos aquí es un sentimiento de pesimismo, de tristeza. Hablando con amigos de Mieres les digo que estamos a medio camino entre ser argentinos o portugueses. Portugueses por ese sentimiento de melancolía. Y Argentinos, en el sentido de que todos se piran y luego te encuentras a argentinos en todo el mundo como yo me encuentro a gente de Mieres por todas partes de Asturias. Y tenemos esa sensación de: hace 50 años éramos grandes y ahora no somos nada".

"La gente no se cree que se pueda cambiar la situación, pero yo me resisto profundamente a creer eso. Se puede cambiar. El principio que tenemos los economistas es que la gente responde a incentivos y el resto son matemáticas. Lo que tienes que hacer es proporcionar los incentivos adecuados. ¿Cómo se hace esto? Es complicado y tiene que ver también con cómo empiezan a actuar las políticas que apliques con cualquier tipo de movimiento demográfico. Son políticas que actúan en el largo plazo. No vas a tener resultados en dos años. Esto opera en un margen de 10-15 años".

"Y con el sistema político que tenemos, eso es muy difícil de llevar a cabo. Si tú eres el gestor y vas a asumir el coste de determinadas transformaciones y tú no vas a ver los resultados, no te vas a llevar los réditos. Por ejemplo, si tú decides cargarte a toda la plantilla municipal de limpiadores, como ha hecho el gobierno de IU de Mieres para conducir esto a una empresa privada que va a hacer mucho mejor trabajo por la mitad del presupuesto, probablemente esto empiece a entrar en el discurso colectivo en diez años. Hasta que se empieza a percibir que en ese sitio se puede caminar por la calle y con cierta seguridad de no mancharte".

"Por ejemplo, entre las posibles medidas, hombre, tener un plan general urbanístico tampoco estaría mal porque yo creo llevan 20 años discutiendo. Eso es una acción concreta. O también todo lo que tiene que ver con las escuelas infantiles. Te pueden decir: ¿de verdad vas a invertir en escuelas infantiles cuando tienes tasas de natalidad ridículas y tu problema son los viejos? Te dirán: ocúpate de dar dinero al sistema residencial. Efectivamente, tú no puedes dejar esa gente desentendida, pero si enfocas las cosas como economista, si tu no estás proporcionando una red de cuidados para los niños y las familias jóvenes estás generando desincentivos a tener hijos. Las políticas tendrían que ir generadas a generar incentivos. Se han hecho cosas bien. Luego hay gustos para todo, pero hay nuevos espacios verdes, peatonalización de calles…"

Bulldozer mental

–El matorral se está comiendo la Asturias rural. ¿A las Cuencas se las está comiendo la ruina urbanística? ¿Hay que meter el bulldozer y derribar?

–Si el bulldozer es físico, probablemente no. Uno de los problemas que ha habido es que se han tirado cosas que tenían cierto valor, sin ningún tipo de aprecio por el patrimonio industrial. Lo que se está haciendo en el pozo Santa Bárbara me parece superchulo pero si vas allí ves que básicamente arrancaron la maquinaria sin ningún tipo de respeto. Pero si el bulldozer es mental, probablemente sí. Tiene que haber un cambio absoluto de paradigma. En realidad, digamos de la identidad de cuenca minera ya no existe. No existe. Nos puede gustar más o menos, pero es así. Si miras cualquier tipo de indicador que tenga que ver con la actividad económica tú estás integrado en un área funcional mucho mayor donde, básicamente, te va a ir bien si a ese área metropolitana le va bien. ¿En qué te convierte eso? Pues te convierte en otro municipio. Te convierte en Siero o en Villaviciosa sin playa. A ellos no les va mal, yo no veo a nadie quejarse. Me refiero con lo del bulldozer mental a que el pensamiento que aquí tenemos está ajeno a la evolución del área metropolitana. No, no. Tú estás absolutamente integrado en la dinámica económica del entorno central".

El círculo virtuoso

"¿Qué pasa si consigues ser un lugar residencial? Qué pasa si superas el estigma y dices: bueno, esto puede ser un sitio que puede aprovechar su cercanía con Oviedo, con precios de la vivienda más bajos y una serie de amenidades. Tienes un entorno natural, un río para salir a pasear, a correr, tienes el puerto para ir a esquiar muy cerca, tienes otra autopista que te conecta con Gijón muy rápido y con menos tráfico que la Y. Aunque la gente no trabaje ahí. Olvídate de polígonos industriales. ¿Qué pasa si consigues captar población así? Si tú incrementas la población, empiezas a incrementarse la actividad económica. Hay que dar servicio a esa población. Entras en una espiral de círculos virtuosos que se retroalimenta. Fue lo que ha estado pasando en muchas áreas de la escala de Mieres que se han sabido aprovechar ese posicionamiento geográfico. Pero eso no lo vas a aprovechar si el precio que pagas por una vivienda en el centro de Mieres es el mismo que pagas en un barrio semicéntrico, en Oviedo. No puede ser que un piso en La Florida te cueste lo mismo que un piso en Mieres. Eso es una anomalía del mercado. Y hasta que no se corrija eso no vas a dejar que los incentivos funcionen correctamente. Se seguirá expulsando a población joven. Porque básicamente, los dos tipos de población que se están expulsando en Mieres son gente mayor, que se va a Gijón, –donde tiene una serie de activos como el mar o ser una ciudad grande–, y la gente joven que se va a Oviedo o Gijón. Si irme a Oviedo o a Gijón me representase un coste de vivienda un 20% superior, no el mismo precio o algo prácticamente irrelevante, empezarías a pensar que lo mejor ese 20% lo puedes dedicar a otras cosas".

–Un ejemplo a la hora de crear esas amenidades es lo que está pasando con la cultura, a ello que se refería antes.

–Sí, y además, me sabe mal decirlo porque uno de los mayores críticos con ese tipo de políticas culturales es el portavoz del PP de Mieres, que es amigo mío de toda la vida y que considera que es un tipo de cultura súper sesgada. Pero, sin entrar en contenidos, lo importante de verdad es que se rompa esa percepción, que disminuya esa estigmatización y que la gente pille el coche, venga a Mieres y después de pasar ese armazón horrendo que hay antes de entrar en el centro, vea que tampoco esto es distinto y que no está mal. Que empiece a crearse cierto orgullo. Cualquier cosa que vaya en esa dirección va a ayudar. Ojo, no puedes fiarlo todo a la programación cultural, tiene que ser una batería de políticas. Perdona que repita siempre las mismas ideas básicas. Pero es que acaba conduciendo todo a lo mismo : el paso es hacer de Mieres un sitio atractivo para vivir.