Nacho, en la ciudad que tiene cuatro agujeros y no tiene bicis

"Creo que todo lo que sea usos culturales, de nuevas tecnologías o nuevas industrias, encaja bastante bien en La Vega"

ASTURIANOS EN OVIEDO: Nacho Ruiz Allen

Julián Rus

Eduardo Lagar

Eduardo Lagar

Nacho Ruiz Allen, arquitecto. Ovetense de 1975, nieto del delineante y fotógrafo Francisco Ruiz Tilve y sobrino de la cronista de la ciudad, Carmen Ruiz-Tilve. Es autor, entre otras obras, del proyecto de reforma de la plaza de toros de Oviedo, y junto a su mujer, la también arquitecta Sara López Arraiza, del libro-exposición «Aprendiendo de las Cuencas», que recibió varios premios internacionales.

"En la época del ‘boom’ inmobiliario (primera década del siglo) vimos que aparecieron los nuevos barrios: La Corredoria, La Florida, Montecerrao y Prados de la Fuente. De repente la ciudad creció hacia fuera y creció en complejidad. Pero en la parte ya consolidada de la ciudad hay un proceso como inverso. Aparte de lo que se hizo con el HUCA, que es fantástico, y de operaciones como la del Museo de Bellas Artes o la del Museo Arqueológico, la ciudad original de Oviedo se ha mantenido bastante estática. Pero ahora tiene un reto, le han aparecido unos espacios vacíos de contenido y de función, unos ‘agujeros’, y algunos bastante grandes: la Fábrica de Gas, la Fábrica de Armas, la plaza de toros y el antiguo hospital. El reto es recuperarlos para el futuro. Es muy complicado y muy bonito a la vez. En ese sentido, es la ciudad asturiana que más tiene que hacer. Y es una responsabilidad".

"En La Vega todos los pasos que se han dado solo traen buenas noticias. En Dinamarca, donde estuve siete años dando clase en la escuela de arquitectura de Aarhus, la segunda ciudad danesa más poblada, de donde volví hace algo más de un año, descubrimos un país acostumbrado al consenso. Tienen un dicho que repiten mucho: solo llego antes, pero juntos vamos más lejos. En España tenemos una cultura que nos perjudica: al enemigo, ni agua. Por eso ver que en La Vega hay acuerdo de tres administraciones diferentes me parece una fantástica noticia, y además con partidos políticos diferentes. Ese consenso es maravilloso".

"Lo que toca ahora es continuar con ese proceso ejemplar. Desde el punto de vista arquitectónico-urbanístico ahí es donde también entran en juego los técnicos. Estaría muy bien que los políticos fueran capaces de dar voz a gente con conocimiento y trayectoria para hacer el mejor proyecto posible. Entiendo que la herramienta más válida sería un concurso internacional de ideas. Realmente internacional, no como pasa mucho en España, que de internacional no tiene nada porque está todo en castellano y las condiciones son tan estrictas que solo puede participar el de aquí. Incluso se podrían organizar unas jornadas de debates sobre dotación de entornos industriales, trayendo gente que haya hecho proyectos semejantes en España o en el extranjero".

"Aquí se habla mucho del aislamiento de Asturias. Es una queja recurrente y es verdad que se nota. Pero también es el aislamiento de nosotros mismos hacia afuera. Tenemos que buscarnos los mecanismos para abrir las puertas. ¿Tienes constancia de que se haya comenzado a ver casos semejantes de éxito para saber a quién nos queremos parecer? Si no tenemos referencias, perdemos una oportunidad única para ponernos a la altura de otros casos que hayan funcionado bien".

"Creo que todo lo que sea usos culturales, de nuevas tecnologías o nuevas industrias, encaja bastante bien en La Vega. Pero tenemos que escuchar otras voces porque seguramente descubriremos cosas que no imaginamos. Sí, podrían encajar ahí las tecnologías biomédicas. Tiene mucho sentido, pero a la vez es como lo más fácil porque es lo que tenemos más a mano: el HUCA está muy cerca. Pero no es suficiente para llenar todo ese complejo de contenido, y entonces ahí habría que ser imaginativos. Como idea también me parece fascinante el museo de los premios ‘Princesa’, un signo de identidad de Oviedo y de Asturias, y así consigues que los Premios tengan un impacto más allá de una semana. Atraería a gente a visitar Oviedo y Asturias y nos proyectaría a nivel cultural".

"Otra buena noticia es que haya intenciones de sacar adelante la Fábrica de Gas, y además con un arquitecto bastante solvente como Patxi Mangado, de los más talentosos a nivel nacional, y que ha demostrado ser capaz de hacer proyectos complejos como este y que hizo una operación bastante bien resuelta en el Museo de Bellas Artes. Ha tenido que venir un fondo privado, pero yo ahí sería bastante pragmático: si la Administración no es capaz de sacar adelante un trozo de ciudad, bienvenido sea cualquiera que, con buenas intenciones, quiera hacerlo. Y no han escogido a un arquitecto cualquiera. Desde el punto de vista de la dimensión arquitectónica están dando buenos pasos".

"Con la peatonalización de la ciudad yo iría a más. Nosotros hemos vivido en un país en el que los coches casi no existen en el centro de las ciudades, donde la gente se mueve en bicicleta. Mi mujer en Oviedo va en bicicleta al trabajo, en Llamaquique. Y cuando yo tengo que hacer algún trayecto largo voy en bici también. Entonces te das cuenta de que no es lo mismo que en Dinamarca. Vas un poco inseguro, no hay espacios propios para otro tipo de movilidad. Oviedo tiene que apostar fuertemente por otros tipos de movilidad que ya están aquí y a la vez son el futuro".

"Hay que apostar fuerte por ello. En Oviedo se está haciendo la nueva entrada de la autopista y de repente hay un carril bici, pero es un trocito. Entiendo que lo que se tiene que hacer es un proyecto a escala urbana del sistema de carriles bici de la ciudad; de cómo sería de cara al futuro del modo menos lesivo para el ciudadano, que no cree privilegios o diferencias entre unos y otros. Pero no se puede ir contra la tendencia. Alguna vez he escuchado que en esos otros países lo de ir en bici es cultural. Pues no. En los años 80 el centro de la ciudad danesa donde yo vivía estaba inundado de coches. Pero Dinamarca tiene una particularidad muy interesante: siempre se plantean qué quieren hacer a varias generaciones vista y cuando pensaron dónde querían estar dentro de cuarenta años decidieron eliminar tráficos del centro de las ciudades y fomentaron el uso de la bicicleta. Y el uso de las bicis se fomenta haciendo carriles bici, pero haciéndolos bien. A partir de ahí la gente se adapta y además lo agradece. Una de las primeras cosas que eché en falta cuando vine aquí era moverme en bicicleta, porque es una gozada. Tiene beneficios en la salud y otros de orden anímico o emocional".

"También estaría bien que los problemas locales empezaran a enfocarse desde la visión de que la parte central de Asturias es una conurbación urbana formada por Oviedo, Gijón y Avilés, con todo lo que esto ofrece. Sería importante que tuviéramos puertas abiertas a colaborar entre nosotros porque el potencial que tienen las tres ciudades juntas es inmenso. Tenemos que pasar de vernos como competidores a vernos como aliados".