Campillo vivió lo mejor de la vida en aquellos años en Primera

«Recuerdo el ascenso, toda una calle de rodillas ante la tele rezando»

ASTURIANOS EN OVIEDO: Jaime Campillo

Julián Rus

Eduardo Lagar

Eduardo Lagar

Jaime Campillo, vicepresidente de APARO (Asociación de Peñas Azules del Real Oviedo). Es un imprescindible del colectivo de los hinchas oviedistas. Tiene 57 años y estos días anda a tope organizando los dieciocho autobuses que la afición del Oviedo va a llenar para ir a El Molinón el próximo día 10 a disputar el derbi regional contra el Sporting.

"Nací en Oviedo, soy de Vallobín. Soy autónomo en trabajos verticales. Como mi padre siempre nos llevó al monte y a escalar y no tengo vértigo, acabé trabajando en la instalación de columnas de alta tensión y ahora hago reparaciones para una compañía de seguros: siniestros, roturas, tuberías caídas, cascotes de fachadas…".

"Mi padre tenía La Quirosana, un bar muy famoso en la calle Fray Ceferino. Él ya cogió el traspaso con ese nombre, porque mi padre no era de Quirós, era de Peñamellera Alta, de Alles. Mi padre cogió el bar con mi tío. Mi padre fue metre del hotel Principado. Y mi tío era el encargado del Rialto. Mi madre era cocinera también en el hotel Principado".

"Mi madre nació en Bandujo. Yo pasé muchos veranos allí, cuando no iba nadie y no había carretera. Subíamos dos kilómetros por el camino de Llaneces. Mi abuela, cuesta arriba con todos los nietos y con todo para el verano. El pan era cada dos días; el agua, a la fuente, y no había luz. De hecho, me acuerdo de que la pusieron cuando ya tendríamos nosotros diez o doce años. Igual de ahí me vino lo de trabajar después en la instalación de torres de alta tensión. Me acuerdo de que me fijaba en cómo lo hacían allí subidos, al lado de casa. No sé ni cómo subían hasta allí sin carretera ni nada. Así que en verano, en Bandujo, era todo güelos y guajes. Los Padres estaban trabajando en Oviedo".

"La afición por el Oviedo me vino por mi padre. Él tenía muchas fotos con jugadores porque muchos equipos se hospedaban en el hotel Principado. Mi padre siempre fue muy del Oviedo, desde que llegó muy joven aquí desde Alles. Recuerdo que cuando nos llevaba al campo yo no tenía mucha noción de qué era aquello. Me ponía abajo con otros guajes y él se ponía arriba con una bota de vino clavada en una viga. Había un bar arriba. Era el primer campo, no era ni el Tartiere que se hizo después ni el que es ahora. Era el primero, el que tenía todavía las tribunas de Silvela y de Sánchez del Río, el que tenía el marcador simultáneo".

"Yo estaba abajo con los guajes y esperábamos a que llegase el balón donde nosotros. Pero sí recuerdo a Cruyff, a Carrete, a Galán, a Iriarte. Pero no recuerdo si jugaban o si ganaban, no sabía lo que era un derbi. No sabía lo que era jugar en casa y fuera. Era algo que me llamaba siempre la atención. ¿Qué es jugar en casa? ¿Qué es jugar fuera?".

"Mi primer gran recuerdo del Oviedo es el primer derbi contra el Sporting cuando habíamos subido a primera y, también, el partido de Génova, allí en Génova. Aquel derbi se ganó con gol de Tomás. Era cuando el Oviedo acababa de subir y éramos las cenicientas y aquel era el Sporting de Joaquín, de Ablanedo y de Quini. Era un equipazo. Y cogimos y lo ganamos. Y ahí empezó la historia. Fue grandioso porque no se lo esperaba nadie".

"La mejor época del Oviedo la cogí cuando yo tenía veinte años, menudos fiestones pasamos. Recuerdo el ascenso, que subimos por promoción. Recuerdo que no teníamos ninguna confianza en subir a primera división porque el Mallorca tenía un equipazo de la hostia. Pero ganamos aquí 2-1 en el último minuto y allí no fueron capaces a marcar y subimos a Primera. Pues estábamos ahí en el Bochum y, cuando faltaban diez minutos, estábamos todos de rodillas. Era un sábado, televisado por José Ángel de la Casa, un mítico de TVE. Pusimos la televisión en la calle y ahí tenías a toda la calle de rodillas rezando para que no nos marcaran. Y luego, cuando el pitido final, ya fue una locura. No estábamos acostumbrados, casi ni nos creíamos que habíamos subido a Primera".

"En la directiva de Aparo, en la que estoy, tengo gente con treinta y pico años que no tienen ni idea de lo que te estoy contando. Me dicen: ‘A ver, Campillo, que nosotros eso no lo vivimos’. Fíjate que desde que bajamos ya pasaron 24 años. Yo viví trece años en Primera y, en ese sentido, soy una generación privilegiada. Y, además, coincidió con el mejor momento de nuestras vidas, con veintitantos años, cuando podías salir de fiestón. En esa edad, vaya restallada que nos pegamos".

"En el fútbol actual, en general, yo creo que maltratan al aficionado. Solo les interesa la televisión, que se vea por televisión. Por ejemplo, en el partido Valladolid-Real Oviedo. Es un partido donde la ciudad de Valladolid podía ganar dinero, al que podían ir muchos desplazados de aquí, pero lo ponen un viernes a las 8:30 de la tarde. Parece que no quieren que vaya gente para que no se pierda audiencia por televisión, pero yo creo que así se pierde el fútbol. Ahora nosotros somos lo peor, pero luego se les llena la boca y copian canciones de los hinchas y todo eso. Pero ahora no puedes hacer nada, decir nada, no puedes cantar ‘Puta Gijón’, no puedes cantar esto ni lo otro, es una pasada. Vas a un partido de fútbol y tienes que dar los datos, el DNI, como si fueras un delincuente… Es exagerado, hombre".

–El oviedismo es…

–El oviedismo es aguantar y aguantar. Ye lo que hay.

–Diferencias con el sportinguismo.

–Tenemos una diferencia

–¿Es?

–Que no somos aldeanos. Los derbis aportan mucha salsa, esa piquilla siempre la hubo. Siempre eso me lo inculcó mi padre y las mis guajas, que no van al fútbol ni nada, saben que a Gijón no se puede ir, ni tocar ni nada ahí; ahí no se puede ir a nada. (risas)

–A sus hijas no les inculcó el oviedismo.

–Nunca quise. Basta que te metan algo de guaje para que luego sea una cosa que odies.

–¿Qué necesita el Oviedo?

–Lo que necesitábamos es pegarle un vuelco a ese campo de fútbol, pero cuanto antes. Es el mayor desastre y el peor campo de fútbol que hay en España ahora mismo. Es una ruina cómo se hizo, lo sabemos. Eso lo primero. Pero luego creo que llevamos buen camino con estos mexicanos que están ahora. En dos años que lo cogieron, estamos ahí. No teníamos un equipo como este desde la época de Primera. Lo que le falta es la continuidad de los mexicanos, que luchen por llegar a Primera, que es lo que quieren. Deportivamente lo están haciendo muy bien y nosotros, la verdad, no nos podemos quejar, tenemos una relación excelente. Desde el primer momento nos cuidan a las peñas.

–¿Se morirá sin ver al Oviedo de nuevo en Primera otra vez?

–No, porque lo vamos a ver este año. Bueno, igual palmo de aquí al verano. Creo que tenemos los mismos condicionantes que viví la última vez que subimos. Pasaron cosas parecidas, todo salía de cara, todo el mundo estaba alegre… Creo que va a ser un año histórico. Con meternos en la promoción ya histórico. Habrá que empezar por ahí.