Joel fue el primero que empezó a pescar turistas en el Eo

"En el Sella dejan bajar a diario desde el 15 de marzo, pero aquí hasta después del 15 de julio, nada"

ASTURIANOS EN SAN TIRSO DE ABRES: Joel García

Julián Rus

Eduardo Lagar

Eduardo Lagar

Joel García, empresario de turismo activo. Fue pionero en iniciar el descenso turístico del Eo en canoa desde la capital de San Tirso, El Llano, hasta la ría de Abres. Joel García Quintana, de 32 años, va con los tiempos: la nueva riqueza que da el Eo, además de la tradicional pesca del salmón, se traduce en visitas turísticas. Su empresa, Eoactivo, también ofrece alquiler de bicicletas en la Ruta del Ferrocarril, una Senda del Oso del Occidente cada día más visitada. Ahora, Joel amplía el negocio y ofrecerá también descensos en canoa en el Nalón entre San Román de Candamo y Pravia.

"Empecé mi vida profesional en la casa donde nací en El Llano, en San Tirso, donde mi padre tiene el taller de ebanistería. Mi abuelo también lo era. Somos artesanos de la madera. Desde los 20 a los 27 años me dediqué exclusivamente a eso".

"La casa familiar está a 20 metros del río. Mi padre es un gran pescador y yo pescaba mucho. Al visitar el Oriente de Asturias y Cantabria, veía que ahí se movía mucho el turismo de aventura, sobre todo las canoas. Siempre me llamó la atención, siempre quise vivir del deporte. Yo era muy futbolista también. Entonces pues vi una ocasión de negocio, dado que en esta zona empezaba a haber mucho turismo. Me dice dije: vamos a intentarlo. Total, si pierdo dos meses de verano, pues sigo con la carpintería".

"En 2017 empecé poco a poco, con 10 canoas. Yo solo y con mi padre, que me ayudaba. Fui el primero con sede en San Tirso que puso descenso de canoas en el Eo, desde San Tirso hasta la Ría de Abres. Con la ayuda del Ayuntamiento, solicitamos la navegabilidad en el Río Eo todos los días desde el 15 julio. Nos la concedieron pero estamos en desventaja con respecto a otras zonas de Asturias. Hay un agravio comparativo. Aquí solo se pueden navegar a diario desde el 15 de julio. Y en el resto de ríos desde el 15 de marzo. Aquí nos limitan por la pesca de salmón pero en el Sella también hay salmones y allí no limitan. Desde el 15 de marzo al 15 de julio, solo se puede bajar el Eo los lunes y jueves, que es cuando no se pesca salmón. Pero esos días la gente no viene a bajar en canoa, suelen venir el fin de semana. Del 15 de julio al 30 de octubre, ya se puede bajar todos los días".

"No entiendo por qué no tenemos el mismo horario que en el Sella. Nos dan la excusa de que el río es compartido con Galicia y le echan la pelota a los gallegos, pero resulta que el año pasado empezó una empresa en Galicia, más arriba, en Pontenova, y pueden navegar desde junio todo lo que quieran. Entonces, que no pongan la excusa porque en Galicia también dan permisos. Por todo eso la primera quincena de julio la pierdo casi entera, porque solo puedo bajar lunes y jueves".

"Es un descenso guiado, eso es muy importante. No es como en el Sella, que la gente baja a su aire. Aquí, van tres monitores con ellos, uno delante, uno en medio y otro detrás".

"Comparados con el Sella, en el Eo somos muy pocos. Entre las tres empresas que hay bajando el Eo manejamos muchas menos canoas que una sola de las del Sella. Es otra filosofía. No está masificado, ni mucho menos». «El río tampoco lo permite, es más estrecho, de mucha vegetación. Aquí los árboles nacen casi en el agua, hay muchos tramos de sombra. A la gente le gusta mucho y le llama la atención porque parece como una selva. Es otro tipo de río. Es un río que no es peligroso, lo hacemos con niños a partir de 5 años con sus mamás y sus papás, que nunca manejaron una canoa y lo hacen sin problema ninguno. Es una cosa muy equilibrada porque sin ser aburrido, tienen rápidos sencillos que le dan un poco de emoción y lo puede hacer cualquiera".

"A finales de agosto aquí hay una desbandada, se van los turistas, la gente se va a meter a los niños en el cole y yo en octubre recojo todo el tinglado y me dedico a la carpintería, que el año es muy largo y yo soy muy inquieto. No me aguanto parado. Después, aparte de las canoas y durante todo el año tenemos bicicletas de alquiler para la Ruta del Ferrocarril, que es otra cosa que tiene mucho éxito en San Tirso. Es una vía verde. Es muy parecida a la Senda del Oso. También era una antigua vía del tren, muy llana. La vía ha empezado a coger gente en estos años. De paso que tenía las canoas me animé también a poner las bicicletas gracias a que me lo sugirió Yolanda Alzú, del camping Amaído".

"Antes de la pandemia íbamos tirando para ganar para un sueldo y para unos gastos. Pero en la pandemia vino mucha gente. Como no había fiestas de prao no había discotecas, pues la gente hacía actividades en la naturaleza, no querían estar en sitios cerrados por el virus. Y había dinero y no había turismo al exterior. Fue una serie de condiciones que facilitaron que hubiera mucho turismo aquí y se animaran a la actividad. El año pasado ya pegó a un pequeño bajón. Pero, bueno, se sigue manteniendo el negocio y vamos poco a poco creciendo. Ahora vamos a empezar a hacer también descensos por el Nalón, desde San Román de Candamo a Pravia. Empezaremos a finales de mayo".

"Aquí lo que nos queda es el turismo, que va funcionando. No sé si es porque yo ahora estoy metido en ello y veo cómo funciona. De hecho, cada año se van abriendo más casas de aldea. Aquí es lo que tira. Eso y, después, el aprovechamiento forestal, las plantaciones de eucaliptos. Ganaderías, cada vez quedan menos".

"Se reían de mí. Había mucho cachondeo por el pueblo cuando empecé con esto. Entre que tenía 26 años cuando empecé y tal decían: mira este flipao. Y ahora hay gente que se ríe, pero apretando los dientes, ¿sabes? Ahora me río yo más. Si esto funcionó en otros sitios de Asturias ¿por qué no iba a funcionar en el Eo? Es que estaba cantado. Como todos los negocios, trabajando mucho, tratando muy bien al cliente y yendo poco a poco, va saliendo. Y con la ayuda de mi familia y de mi mujer, claro".

"De mi generación quedaremos en el pueblo otros dos y yo. Nada más. Yo siempre tuve mucho cariño al pueblo, quedarme aquí era primordial para mí. Ganaba mucho menos dinero cuando empecé en la carpintería con mi padre, pero lo ganaba en calidad de vida y el estar aquí con los míos, en mi ambiente. El dinero pues no es lo más importante. Y yo antepuse siempre eso y estar en el pueblo. De hecho, cuando empecé de novio con mi mujer, que es gallega –ella es profesora–, ya le dije: yo voy a montar aquí mi negocio, si no quieres venir pues no pasa nada, buscaré a otra mujer. Así de claro. Fue lo primero que le dije y, bueno, le valió el trato. La mujer que estuviera conmigo tenía que venir para aquí. Yo soy agarrado a la tierra, a mi pueblo".